Pocas veces se habla de Al Servicio Secreto de su Majestad (On Her Majesty's Secret Service, 1969). Su carácter atípico dentro de la saga Bond y el hecho de haber contado con un actor que debutó y se despidió del papel de 007 tras una única intervención, la convierten en una película poco conocida dentro de la franquicia y mayoritariamente denostada por gran parte de los seguidores.
No obstante, si aceptamos darle una oportunidad al film y a George Lazenby descubrimos una cinta interesante que nos revela una faceta oculta y trágica en el pasado de Bond. Esta historia de felicidad, tornada en la mayor de las desdichas, aporta mucho a la biografía del mítico agente y debería ocupar un lugar entre la memoria cinéfila de los bondianos, más allá de los prejuicios y las tentaciones de olvido. Ian Fleming decidió convertir a Bond en viudo y no podemos dejarnos llevar por la corriente vilipendiadora hacia Lazenby para aceptar que esta película, con todos sus defectos, se atrevió a entrar en un terreno difícil con todas las consecuencias. No se trata de reivindicar la cinta sino de aceptar su existencia sin estridencias ni insultos.
La película se rodó en localizaciones inglesas y suizas pero fue en Portugal donde más se detuvo a la hora de filmar exteriores. Desde la playa de Guincho, cerca de Cascais, donde se filmó la secuencia que abre el film, el equipo de rodaje se paseó por Estoril para mostrarnos el histórico Casino y el adyacente Palácio Hotel. Se rodaron secuencias en la región de Setúbal y, por supuesto, la ciudad de Lisboa también tuvo una importante presencia.
Allí es donde vimos cómo Bond compra el anillo de boda para la Condesa Teresa "Tracy" Di Vicenzo (Diana Rigg). El lugar elegido fue la Joalharia Ferreira Marques, situada en la plaza de Rossio, un auténtico centro neurálgico de la capital portuguesa.
La joyería tiene una apariencia externa que refleja tradición y voluntad de pervivencia como establecimiento emblemático. Desde su privilegiada ubicación, desafía estéticamente a las modernas franquicias comerciales que la rodean. El entorno se mantiene cercano a la apariencia de 1969 y te sientes muy cercano al momento fílmico. Se trata de una localización con una capacidad evocadora ciertamente notoria.
A continuación, os muestro un momento de la secuencia y las fotografías que tomé recientemente en la ubicación. Seguir los pasos de Bond siempre acaba resultando una misión gratificante.