Edición número 90 de los Premios de la Academia. En una gala diversa, inclusiva y reivindicativa, conducida hábilmente por Jimmy Kimmel, se ha cumplido el pronóstico previo que auguraba la victoria de Guillermo del Toro y The Shape of Water. El sentido estético y la experiencia visual ha triunfado sobre la profundidad argumental aunque tampoco es censurable que una película de género fantástico se alce con la dorada estatuilla, rompiendo el habitual monopolio del drama.
No obstante, mi opinión desde hace años es la misma. Siento un gran respeto por los Oscar y reivindico su liderazgo absoluto en cuanto a eventos cinematográficos se refiere, pero creo que la dinámica de premiación continúa encasillada en reconocer películas menores que nada tienen que ver con las que tradicionalmente eran las cintas ganadoras: una mezcla de calidad y grandeza.
Insisto una vez más en el hecho que la composición de los miembros de la Academia ha cambiado y ahora se decantan por productos presuntamente "autorales" para intentar acercar a la gran industria hacia los circuitos independientes. En el panorama actual, películas como Ben-Hur, Lawrence de Arabia, Patton, El Padrino, El Golpe, Memorias de África, La Lista de Schindler o Braveheart no ganarían y eso, en mi opinión, es lamentable.
Con todo esto no quiero menospreciar el trabajo de los vencedores en las diferentes categorías. Considero que el talento en Hollywood sigue siendo altísimo pero critico que no haya espacio para que las grandes producciones recuperen su papel dominante en la ceremonia de los Oscar. Este año hay dos películas que no acepto que se hayan ido sin nada. Para mi son las dos mejores películas del año 2017: Logan y La Guerra del Planeta de los Simios. Una nominación para cada una de ellas y aún gracias. No hay espacio de maniobra para aquellos que siempre encuentran en la productora independiente de turno a la nueva Moonlight...
Más allá de mi habitual criterio sobre los Oscar, debo reconocer que se ha hecho justicia con Gary Oldman (primera estatuilla de su carrera en su segunda nominación), James Ivory (primer Oscar tras cuatro nominaciones) tras haberle recuperado para que escribiera el guión de Call Me by Your Name y, por último, la esperadísima victoria de uno de los grandes de la fotografía, Roger Deakins, tras trece nominaciones infructuosas.
Enhorabuena a Frances McDormand y por sus magníficas interpretaciones y por su encendida defensa del movimiento #metoo y Time's Up. De igual forma, merecidísimo Oscar al mejor guión original para ese auténtico soplo de aire fresco que es Déjame Salir (Get Out). La trayectoria futura de Jordan Peele deberá ser seguida con mucha atención.
Para que podamos disfrutar de un análisis detallado, categoría por categoría, os dejo con el especial post-Oscar que ha preparado mi amigo Nestor Bentancor, referente latino en cuanto a información hollywoodiense, y experto en escudriñar las razones que pueda haber tras cada uno de los vencedores. Os invito también a seguirle en Facebook, Twitter y, por supuesto, en su canal de Youtube.