Un artículo de Mike Sanz.
En agosto de 2016 se cumplen treinta años del estreno de un clásico del cine, una película única, divertida, sencilla y profunda. Se trata de Cuenta Conmigo (Stand By Me, 1986), la historia de cuatro amigos de la infancia que, a finales del verano de 1959, van de excursión en busca del cadáver de Ray Brower, un niño de su edad que ha desaparecido en extrañas circunstancias. Esta aventurilla, en apariencia insignificante, los cambiará para siempre.
En la década de los ochenta, se consolidaron las bases del nuevo cine comercial estadounidense, aquellas que se sembraron a mediados de los ochenta con los éxitos de taquilla de Tiburón (Jaws, 1975) y Star Wars (1977). Los espectadores acudían en masa a ver una nueva generación de películas de corte aventurero y escapista, que dejaban de lado las sombras de la era Reagan y se centraban en las vivencias de los niños de la América suburbana, un reflejo de los idealizados años cincuenta. A este género pertenecen clásicos como E. T. (1982), Los Goonies (1985) y Gremlins (en las que trabajó Steven Spielberg en distintos roles), o El Club de los Cinco (The Breakfast Club, 1985) y Todo en un Día (Ferris Bueller's Day Off, 1986), de John Hughes. Es en este contexto donde se enmarca Cuenta Conmigo.
El director y actor Rob Reiner disfrutaba del éxito de la película de culto This Is Spinal Tap (1984), pero fue Cuenta Conmigo el título que lo consagró y detonó una carrera de clásicos generacionales entre finales de los ochenta y principios de los noventa, de los que destacan La Princesa Prometida (The Princess Bride, 1987), Cuando Harry Encontró a Sally (When Harry Met Sally, 1989), Algunos Hombres Buenos (A Few Good Men, 1992) y Misery (1990). Esta última se basa en una novela de Stephen King, al igual que el título que hoy nos ocupa, que sigue el argumento de The Body. Como curiosidad, esta novela breve se incluye en los dos volúmenes de Las Cuatro Estaciones, que también comprenden los textos que inspiraron Verano de corrupción (Apt Pupil, 1998) y Cadena perpetua (The Shawshank Redemption, 1994).
Como espejo del mundo suburbano de los años ochenta, Cuenta Conmigo se ambienta a finales de los cincuenta, en el verano en que un grupo de amigos pierde la inocencia, tanto por el paso del colegio al instituto como por los sucesos que presencian. La película de Reiner deja de lado el escapismo (al contrario que, por ejemplo, Los Goonies) y combina el afán aventurero con la cruda realidad que golpea al cuarteto protagonista: Gordie (Wil Wheaton) lidia con el fantasma de su hermano, el chico perfecto que ha fallecido en un accidente de coche; Chris (River Phoenix) con la sombra de su familia de delincuentes; Teddy (Corey Feldman) con los abusos de su padre, que le dejó obsesionado por la violencia y el mundo bélico; y Vern (Jerry O'Connell) con su sobrepeso y falta de valor. El viaje que emprenden es también un recorrido interior, pues comparten sus miedos, dudas y ansiedades mientras disfrutan de la amistad pura, aquella que están a punto de perder.
Al contrario que en otras obras de King, por las que era más famoso en la época, el terror no proviene de ningún entre sobrenatural, sino de elementos cotidianos que obstaculizan el camino de los protagonistas: la llegada de un tren, la charca de las sanguijuelas o la banda de matones de Ace (Kiefer Sutherland), quienes buscan el mismo cuerpo que los protagonistas. Es, precisamente, cuando se enfrentan ambos grupos y contemplan el cadáver cuando los protagonistas se despiden de la inocencia de la infancia y comienzan a comprender las responsabilidades que conllevan los actos en el mundo adulto.
El éxito de la película, con su nominación al Oscar al mejor guion adaptado incluido, pronto la convirtió en un referente. No solo retrataba una época, acentuada por el uso magistral de una banda sonora que cuenta con clásicos de Buddy Holly y Ben E. King, sino que trataba temas universales que hablaban al niño interior del espectador. Es más, marcó las pautas que seguirían las adaptaciones de las historias de corte realista de King, entre las que destacan La Milla Verde (The Green Mile, 1999) y la mentada Cadena Perpetua.
Con el paso del tiempo, se convertiría en un referente de la cultura popular estadounidense, que ha propiciado sentidos homenajes, caso del episodio de Los Simpson dedicado al cadáver que encontró Homer de niño, de Super 8 (2011) y de Stranger Things, la serie revelación de 2016 que bebe de los universos de King y Spielberg para narrar una historia urdida con cariño y esmero. Siempre que un grupo de jóvenes recorran las vías del tren en busca de aventuras, como hacían los cuatro de Castle Rock, el espíritu de Cuenta Conmigo estará presente.
«Los amigos entran y salen de nuestras vidas como camareros en un restaurante».
Gordie Lachance