La biblioteca del Gran Templo Jedi en Coruscant recogía la historia de la orden desde sus más remotos inicios. Sin embargo, la purga de los Jedi, perpetrada por Darth Vader siguiendo las órdenes del auto-proclamado Emperador, fue seguida por la destrucción del templo. Miles de años de conocimientos recopilados desaparecieron y con ellos la historia de tan insigne hermandad.
Luke Skywalker se comprometió con sus maestros, Obi-Wan Kenobi y Yoda, a levantar de nuevo la orden y a transmitir lo que había aprendido. Con el tiempo, empezó el adiestramiento de un grupo de jóvenes entre los que se encontraba su sobrino, Ben Solo. No obstante, la desdicha se cebó de nuevo con la familia cuando el lado oscuro, representado por el Líder Supremo Snoke, fue capaz de atraer a Solo hacia la tinieblas. Convertido en uno de los caballeros de la Orden de Ren, el joven lideró la defenestración de la nueva generación Jedi. Abrumado por el remordimiento y la tristeza, Luke decidió desaparecer y exiliarse allí donde nadie pudiera encontrarle.
Durante su viaje a lo desconocido fue capaz de encontrar la ubicación del primer templo Jedi en el planeta Ahch-To. La Fuerza pareció conducirle hacia un lugar sagrado en el que los primeros miembros de la orden aumentaron su conocimiento a través de la meditación y el entrenamiento. El devenir de la galaxia continuaría sin él y eso sería la garantía de que ningún otro inocente perecería por su culpa.
Pero los caminos de la Fuerza son imprevisibles al igual que las personas que, a partir de un determinado momento, experimentan un despertar a un mundo sin límites. Ese parece ser el caso de una chatarrera de Jakku llamada Rey. Su pasado aún nos es desconocido pero sabemos que sobre ella girará el futuro de la galaxia. La determinación y el coraje son valores que lleva muy dentro de sí y es por ello que, cuando se descubre la localización exacta del planeta Ahch-To, Rey toma los controles del Halcón Milenario para conseguir la implicación de Luke en la lucha que acaba de desatarse.
Ahch-To es un planeta oceánico, poblado únicamente por pequeñas islas graníticas. La ínsula en la que se encuentra el templo Jedi alberga unos escalones de piedra que conducen hasta lo más alto. Llevamos unos minutos preparándonos para algo grande gracias también a la composición musical de John Williams. La joven sube los peldaños de una larga escalera, quizá el símbolo de lo que deberá afrontar para completar su entrenamiento. Parece que el escenario no le resulta totalmente desconocido. Accede a un antiguo templo en el que ve utensilios recién usados por alguien. Y finalmente, llega a una cima en la que vislumbra una figura encapuchada de espaldas a ella. La figura se gira hacia ella y aparece Luke. La puesta en escena es sencilla pero inconmensurable. Cuando retira la capucha, vemos a un Luke casi mitológico, con un aspecto que le asemeja a los Dioses del Olimpo o al mismo Rey Arturo. Es él, ha vuelto. Su edad es avanzada pero mantiene un porte poderoso y destila una sensación de sabiduría enorme así como un gran pesar. Luke la observa apesadumbrado, dejando patente que hay un gran background que desconocemos. Rey le ofrece su sable láser, profundamente conmovida, y un plano aéreo cierra espléndidamente el film.
Durante el mes de julio de 2014 se rodó la secuencia final de Star Wars: El Despertar de la Fuerza (Star Wars: The Force Awakens, 2015) en la isla de Skellig Michael (Irlanda). El equipo de localización del film estuvo acertadísimo al proponer una ubicación muy desconocida que acumula una fuerza visual extraordinaria, además del valor arcano irremisiblemente ligado a su paisaje natural y cultural.
Skellig es un conjunto de dos islotes situados a unos 13 kilómetros de la península de Iveragh, al oeste de Irlanda. La isla pequeña está cerrada al público y se mantiene en su estado natural. La isla grande, llamada también Skellig Michael, tiene una historia ligada a la presencia humana. Según las crónicas medievales, entre el siglo VI y VIII de nuestra era se fundó allí un monasterio cristiano que se mantuvo activo hasta el siglo XIII, cuando la dureza del clima recomendó a los monjes regresar a las parroquias irlandesas. Los siglos de vida monástica han dejado un testimonio de gran valor cultural. Se mantienen seis celdas, oratorios e incluso una pequeña ermita. Su existencia es uno de los mejores testimonios de arquitectura religiosa remota en la Alta Edad Media.
Skellig es también refugio para un gran número de colonias de aves. Uniendo preservación natural y cultural, las islas Skellig se han convertido en un símbolo para la costa atlántica de Irlanda. En 1996, las iniciativas institucionales que perseguían su reconocimiento internacional lograron su objetivo al lograr que Skellig Michael entrara a formar parte del Patrimonio Mundial de la UNESCO.
En el presente artículo tratamos de unir realidad y ficción al mostrar imágenes de una localización que el cine ha sabido aprovechar magníficamente. El escenario aparecerá también en la nueva entrega de la saga galáctica. Mientras esperamos la resolución del encuentro entre Luke y Rey, podemos deleitarnos con las extraordinarias fotografías que Clinisbud y Silviaez tomaron en el lugar durante el mes de septiembre de 2013. Resulta fácil reconocer en ellas los momentos finales de una película que reservó la parte más mítica de su argumento para el final. Complementamos las imágenes con un featurette del rodaje en las islas.