Puede resultar intimidante hablar de un personaje tan profundo e influyente como el poderoso Yoda. Dentro del universo Star Wars no hay nadie que llegue a su nivel de honestidad, disciplina, conocimiento y carisma para transmitirlo.
Su vida se extiende durante nueve siglos en los que tenemos referencia de su colosal aportación a la Orden Jedi desde el seguimiento puro al lado luminoso de la Fuerza. Como hablar de todas sus hazañas consumiría el libro entero, será mejor centrarnos en algunos puntos destacables que hagan posible su lectura para aquellos que quieran iniciarse en los caminos de la Fuerza desde un cómodo sillón.
El origen de Yoda es totalmente desconocido. No se sabe su planeta de origen ni el nombre de su raza. El universo expandido solo ha concretado su año de nacimiento (situado 896 años antes de la batalla de Yavin) y su temprana conexión con la Fuerza aunque tardó un tiempo en expresarla completamente. Junto a un compañero humano inició un viaje a los mundos del centro de la galaxia pero su nave sufrió un accidente y ambos fueron a la deriva hasta que pudieron aterrizar en un planeta, de nombre también desconocido, donde entraron en contacto con el Maestro Jedi N’Kata del Gormo, perteneciente a la raza Hysalriana. Esta historia que recuerda a la del Príncipe Siddharta antes de convertirse en Buda, finalizó cuando un crucero de la República rescató a ambos amigos y éstos, convertidos ya en Jedi, llegaron al Templo de Coruscant para continuar su entrenamiento.
Su conocimiento de la Fuerza, habilidad para el combate y dotes de liderazgo pronto le auparon para conseguir el título de Maestro y ocupar un sitio en el Alto Consejo. Sus misiones de pacificación para la República empezaron a ser constantes y su voz se convirtió en una referencia de justicia, equidad y libertad en toda la galaxia. Con el tiempo, empezó a entrenar a nuevos aprendices y su historial reflejó un gran éxito en la preparación de los mismos a lo largo de los siglos.
Unos 90 años antes de la batalla de Yavin, Yoda compartió con el Maestro Thame Cerullian el adiestramiento de un jovencito muy prometedor, heredero del clan gobernante en el planeta Serenno. Se trataba de Dooku, un padawan muy talentoso que llamó la atención de Yoda por su control de la Fuerza viva. Con el tiempo, sabemos que Dooku se convirtió en el primero de los aprendices de Yoda que cayó al lado oscuro pero, mientras eso no ocurrió, era considerado como el único Jedi que podía rivalizar con Yoda y Mace Windu en el dominio del sable láser.
Grandes nombres de la orden fueron alumnos de Yoda: Mace Windu, Kit Fisto, Ki-Adi Mundi, Cin Drallig, Oppo Rancissis, Obi-Wan Kenobi y, finalmente, Luke Skywalker. Un auténtico legado de brillantez y de devoción absoluta a la República y al lado luminoso de la Fuerza.
Pero uno de los chicos que más turbó las visiones de Yoda fue el que finalmente dirigió la purga que acabaría con casi toda la orden Jedi. La conversión al lado oscuro de Anakin Skywalker y su renacimiento como Darth Vader puso fin a una institución que quebró debido a las malas artes del Canciller Palpatine y a su poder a la hora de nublar la percepción de los Jedi.
Exiliado en el planeta pantanoso de Dagobah, donde su presencia resultaría siempre inadvertida, Yoda estudió la forma de trascender a la muerte de manos del primer Jedi en conseguirlo: Qui-Gon Jinn. Oculto entre las ciénagas, esperó el momento en que los dos vástagos de Vader llegaran a ser adultos y pudieran encabezar la destrucción del pérfido Imperio. Fue Luke Skywalker el que llegó a los pantanos de Dagobah y lo que allí se vivió cambió los acontecimientos futuros y cimentó gran parte de la mejor mitología de Star Wars.
Durante su entrenamiento, el anciano Yoda transmitió a Luke la noción de sentir la Fuerza más allá del propio cuerpo, a superar la barrera de lo físico para poder aprovechar al máximo el poder que tenía en su interior y evitar así las tentaciones que arrastraron a su padre al lado oscuro.
Sus frases son extraordinarias. Sirvan las siguientes como ejemplo:
“Pero ten cuidado del lado oscuro, la ira, el miedo, la agresión el lado oscuro de la Fuerza son. Fácilmente fluye en forma rápida y toma vuelo y una vez que comiences con el lado oscuro, para siempre dominará tu destino. Te consumirá al igual que hizo con el aprendiz de Obi-Wan…”
“La muerte una parte natural de la vida es. Regocíjate por los que te rodean que en la Fuerza se transforman. Llorarlos no debes. Añorarlos tampoco. El apego a los celos conduce. La negra sombra de la codicia es.”
“Vive el momento, no pienses; siente, utiliza tu instinto, siente La Fuerza.”
Se vive otro momento magistral cuando Yoda trata de conseguir que Luke gane confianza rescatando su X-Wing del fondo de una laguna. Luke manifiesta todas sus dudas porque no se ve capaz de levantar la nave con el poder de la Fuerza. Es entonces cuando Yoda pronuncia las siguientes palabras:
“No lo intentes! Hazlo o no lo hagas! pero no lo intentes…”
Cuando Luke fracasa en su intento, Yoda afirma:
“El tamaño no importa. Mírame a mí. Me juzgas por mi tamaño, ¿eh? Y no deberías, porque mi aliada es la Fuerza, y una poderosa aliada es… La vida la crea, la hace crecer, nos penetra y nos rodea… ¡Seres luminosos somos! ¡No esta cruda materia!. Debes sentir La Fuerza a tu alrededor, aquí, entre tú y yo, y el árbol y la roca, incluso entre la tierra y la nave.”
Y, a continuación, levanta la nave demostrando que el verdadero conocimiento de la Fuerza puede conseguir grandes objetivos. “No puedo creerlo”, dice Luke. “Por eso has fallado”, responde el maestro.
La muerte de Yoda, por extrema vejez en El retorno del Jedi, significa su paso definitivo a otra dimensión espiritual desde la que seguirá guiando los caminos de aquellos que sigan las enseñanzas de la Fuerza.
Crear al mejor de los Jedi sobre la idea de George Lucas de hacerle un ser de reducidas proporciones físicas, supuso un enorme reto para los diseñadores. En última instancia, Stuart Freeborn acertó con una propuesta que gustó a Lucas y que implicaba la fabricación de un títere que sería manipulado por el experto marionetista Frank Oz, quien a su vez también le puso voz.
En la nueva trilogía, Frank Oz sólo volvió a conducir la marioneta de Yoda en las escenas que transcurren en el Alto Consejo Jedi durante La Amenaza Fantasma. En la presencia final así como también en las dos películas subsiguientes, Yoda fue una creación digital de los diseñadores de Industrial Light & Magic. Este hecho desvirtuó la autenticidad del Yoda original pero permitió verle en combate. Frank Oz, por su parte, le siguió prestando el toque único a través de su voz.
Star Wars. Manual de Supervivencia es un proyecto de LASDAOALPLAY? y El cine de Hollywood.