3 de juliol del 2015

Spielberg on Spielberg: El Mundo Perdido. Jurassic Park (The Lost World: Jurassic Park, 1997)


"Los primeros días de The Lost World yo estaba bastante oxidado. Pero, igual que cuando vuelves a ir en bicicleta, enseguida te acuerdas. Y entonces es cuando llega el placer y te tiras de los pelos por no haber dirigido en tres años."
Después del éxito obtenido con sus dos últimas películas, Jurassic Park y La Lista de Schindler, Steven Spielberg decidió tomarse un pequeño descanso. Llevaba tiempo con ansias de parar, de hacer un break algo más largo entre rodajes y poder dedicar más tiempo a su familia. Tras lograr el Oscar en marzo de 1994, ese momento parecía más idóneo que nunca para descansar. Sin la presión de viajes, localizaciones en lugares lejanos, y reuniones de pre-producción, Spielberg pudo centrarse más en ver crecer a sus hijos y, al mismo tiempo, rebajar el ritmo de trabajo dedicándose solo a la producción.

Por otra parte, existía una nueva iniciativa empresarial de gran calado que iba a requerir su atención. Cuando el productor Jeffrey Katzenberg se marchó de Disney tras haber relanzado la compañía, decidió emprender un proyecto audaz que podía remover los cimientos de Hollywood. Su idea era la de crear una nueva major, un estudio de producción y distribución que compitiera con las seis grandes (Fox, Warner, Universal, Paramount, Columbia, Disney). Crear un estudio desde cero representaba un proyecto de una envergadura atroz pero contaba con el respaldo económico del co-fundador de Microsoft, Paul Allen. Al mismo tiempo, Steven Spielberg y David Geffen se unieron a esta aventura empresarial como socios fundadores. Para Spielberg representaba uno de esos retos que no podía dejar escapar. Le permitiría ir más allá de Amblin disponiendo de una distribuidora propia que podría aliarse con otros estudios para llevar adelante sus proyectos futuros. Hacía décadas que no surgía un nuevo estudio en Hollywood y muchos habían fracasado en el intento pero DreamWorks nació para quedarse. Hablaremos sobre ello en el próximo capítulo.

Mientras todo ello iba cogiendo forma, Michael Crichton publicó la esperada continuación de Jurassic Park. El autor nunca había escrito secuelas y se mostraba reacio a ello pero la insistencia del público y la del propio Spielberg, le acabaron convenciendo para hacerlo. Publicado en 1995, The Lost World se convirtió en un best-seller que anticipó la llegada de una secuela fílmica. Spielberg quería hacer una continuación por el éxito comercial de la primera y también porque se lo había pasado en grande rodándola. Después de tratar una historia tan exigente como Schindler's List, deseaba regresar, aunque de forma puntual, al cine de entretenimiento masivo.

David Koepp y Steven Spielberg en Fern Canyon (Prairie Creek Redwoods State Park).

Poco después de la publicación de la novela, el guionista de la primera película, David Koepp, se puso a escribir un libreto en el que mantuvo pocos elementos del material de base. El excesivo contenido científico del libro resultaba incompatible con una propuesta que buscaba el máximo impacto visual y así fue como, más allá de los dinosaurios libres en la Isla Sorna y el protagonismo de Ian Malcolm, pocas cosas más recuerdan a la obra de Crichton.
"Una de las cosas más difíciles de una secuela es la expectación que crea, la expectación de que vas a superar la primera. Y ahí estriba toda mi ansiedad... en realidad no puedes superarte. Te limitas a contar otra historia y a esperar que el nuevo MacGuffin sea tan convincente como el viejo MacGuffin."
El guión de Koepp proponía una gran aventura, con mucho ritmo y acción. Spielberg lo encontró acertado y decidió poner toda la maquinaria en marcha para empezar a rodar en septiembre de 1996. Mantuvo el título de The Lost World porque siempre había sido fan del clásico de Arthur Conan Doyle. Aunque argumentalmente no tenía nada que ver con la inmortal novela de Doyle, Crichton recurrió a este título para subrayar el hecho de que ahora se verían dinosaurios circulando libremente, sin cercas ni alambradas.


El nuevo argumento planteado por Koepp presentaba la llamada zona B, otra isla costarricense llamada Sorna, cercana a Nublar, donde se criaban los dinosaurios para después ser trasladados a las instalaciones del parque. Tras el desafortunado accidente sufrido por la hija de una familia de clase alta que realizaba un crucero por las islas, el sobrino de John Hammond, Peter Ludlow, obtiene el elemento que necesitaba para incapacitar a su tío y tomar el control de InGen. Pero Hammond sigue teniendo recursos y decide enviar un equipo a Sorna para que documente gráficamente la existencia de los dinosaurios. Las pruebas gráficas serían utilizadas para realizar presión mediática frente a los planes de su sobrino, quien se dispone a volver a explotar comercialmente a los animales con un nuevo proyecto de parque en la ciudad de San Diego. Ian Malcolm es arrastrado de nuevo al peligro cuando se entera que su novia, la paleontóloga Sarah Harding, ya se encuentra en Sorna estudiando a los dinosaurios herbívoros.

Malcolm es aquí una fuerza constructiva que hace avanzar la aventura mientras que, en la primera película, participaba como observador crítico. Ahora asume el liderazgo y eso interesó rápidamente a Jeff Goldblum para retomar su papel.
"La primera película en realidad trataba sobre el fracaso de la tecnología y el éxito de la naturaleza. Esta película trata más bien de la incapacidad de las personas de ser comedidas y del fracaso de la moralidad para proteger a estos animales."

Para interpretar a Sarah Harding, Spielberg contrató a una actriz que tenía todas las cartas para convertirse en una intérprete de referencia en los años siguientes, como así sucedió. Julianne Moore aportó brillantez y credibilidad en su papel, afrontando muchos de los retos físicos aunque no tenía experiencia previa en este tipo de secuencias. Otro actor con futuro, Vince Vaughn, fue reclutado para dar vida al documentalista gráfico Nick Van Owen. Arliss Howard, por su parte, asumió el rol de Peter Ludlow y Pete Postlethwaite se encargó de interpretar al cazador filósofo y líder de la expedición de InGen, Roland Tembo. Richard Attenborough regresó para una reducida pero trascendente aparición como John Hammond y también pudimos ver a Peter Stormare, Richard Schiff, Harvey Jason, e incluso a los nietos de Hammond en la primera película, Joseph Mazzello y Ariana Richards, en un breve cameo. Un nuevo personaje, que sufre las consecuencias de un divorcio, aparece en una película de Spielberg. En esta ocasión es Kelly, la hija de Ian Malcolm, a quien interpreta Vanessa Lee Chester.
"El drama humano en esta película lo aportaba la confrontación entre cazadores y protectores. Gente con fuertes motivaciones en ambos bandos que entran en conflicto."
El reto técnico que supuso el primer film fue superado con nota. Pero ahora había que responder a nuevas expectativas. El público ya había visto que los dinosaurios podían ser creados, de forma realista, para una película. Sin embargo, ahora pedirían más interacción y movimiento. Por consiguiente, se trataba de hacer algo más espectacular, más emotivo.


El guión de Koepp se desvió mucho del material original de Crichton y además Spielberg aportó constantemente cambiando incluso el tercer acto previsto. Ambos prepararon un storyboard animado para determinar qué cosas se podían hacer con efectos físicos y cuales con CGI. Para crear los nuevos animatrónicos, Stan Winston y Michael Lantieri investigaron a fondo las nuevas válvulas hidráulicas para poder contrarrestar el enorme peso de las creaciones y aumentar la movilidad. Winston quería dar mayor soltura a las creaciones con movimientos que resultaran más verosímiles. Mejorar la respiración también era uno de los nuevos retos así que fue imprescindible la colaboración, una vez más, del paleontólogo Jack Horner. Éste asesoró a los técnicos para conseguir mayor autenticidad en los movimientos.

Horner solía expresarse de la siguiente forma: "Cuando la gente me pregunta qué aspecto tienen los dinosaurios y dónde pueden verlos mejor, les digo que vean Jurassic Park. No les digo que vayan a mi museo. El aspecto que tenían y cómo eran está mucho mejor reflejado en la película."

Con el storyboard de Spielberg y Koepp se decidió cómo se repartiría el trabajo entre los equipos de Stan Winston y Dennis Muren. Michael Lantieri se encargaría de preparar el set para el uso de las diferentes tecnologías y trabajaría también con el diseñador de producción, Rick Carter, en la creación de los vehículos. 

El rodaje empezó el 5 de septiembre de 1996 en el Prairie Creek Redwoods State Park, cerca de Eureka (norte de California). Sus bosques frondosos y cauces de agua sirvieron para representar el interior de isla Sorna. También se rodó en Kauai (Hawaii) donde tuvo lugar la secuencia inicial y algunas tomas de contexto. Los interiores y las secuencias de acción, que exigían mayor coordinación, se rodaron en los estudios Universal. Resulta curioso como una pared anexa al parking de entrada a las instalaciones fue utilizada para rodar la secuencia en que el vehículo articulado queda suspendido en un precipicio mientras Malcolm, Harding y Van Owen tratan de salvarse. En San Diego solo se filmaron tomas de contexto puesto que las calles por las que irrumpe el T-Rex pertenecen al municipio de Burbank. Estaba previsto que la filmación durara 74 días pero Spielberg lo hizo en 69. Tenía muy claro lo que quería visualizar y eso ayudó mucho. Su promedio, durante esta película, fue de 35 a 45 tomas diarias.


Por su parte, Janusz Kaminski quería darle un aspecto más lúgubre y oscuro a la película respecto a su antecesora. Esta nueva entrega tenía niebla, lluvia y un ambiente mucho más agreste porque debía reforzar el contenido. En el primer film todo era mucho más limpio y diáfano en consonancia con un parque presuntamente seguro, con alambradas y sistemas en funcionamiento. Sin embargo, en Sorna, los animales campaban a sus anchas por la isla, viviendo por ellos mismos y adaptándose al entorno. Todo ello exigía una iluminación más tenue y una imagen más realista que la alejara de la visión habitual de un parque de atracciones.

El taller de Stan Winston fue capaz de crear una cría de T-Rex que funcionaba de forma autónoma y podía interactuar con los actores sin cable alguno. Los T-Rex adultos podían moverse más pero los nuevos sistemas hidráulicos aumentaban el peso. Por consiguiente, hubo que adaptar los sets a su posición ya que no podían trasladarse. Incluso llegó a construirse una pequeña cascada portátil que se iba moviendo según requería la situación y que podemos ver en la escena en que el paleontólogo Robert Burke (Thomas F. Duffy) es agarrado por las fauces de un T-Rex a través de la cascada y el agua se tiñe de rojo al ser devorado. Recordemos que el personaje de Burke sería el reflejo en la ficción de Robert Bakker, un paleontólogo cuyas teorías se oponen casi siempre a las de Jack Horner, algo que también está impreso en el guión ya que Sarah Harding trata de contradecir la tesis de Burke entorno a que el T-Rex es un descastado que abandona a sus crías. La muerte de Burke en pantalla fue una broma interna que Horner disfrutó bastante. 

Los nuevos T-Rex mecánicos fueron un auténtico hallazgo y reflejaron cómo había mejorado la tecnología en cuatro años. Podían realizar una gama más alta de movimientos y también causar más daños. Podían ser más sutiles y realistas, lo que contribuía a conseguir una presencia más dramática y contundente. Además, resistían mucho mejor el agua que su antecesor en Jurassic Park. Ahora, los tecnicos podían conseguir movimientos más precisos.

Pero el CGI seguiría siendo imprescindible en un film de estas características. El equipo de Dennis Muren en Industrial Light & Magic trabajó con los T-Rex en secuencias de cuerpo entero y también con los velociraptores. En la secuencia que tiene lugar cerca del centro de operaciones en Sorna, Jeff Goldblum consultó constantemente con Muren para conocer las reacciones del raptor y sus movimientos. Así podía mejorar su actuación y asegurarse que en post-producción todo resultaría creible. 

Spielberg decidió hacer un cambio fundamental durante el rodaje. Abandonó la idea prevista para el tercer acto y planteó algo nuevo y exigente. Estaba previsto que la película terminara con una secuencia en que los protagonistas huyen de los raptores en ala-delta pero son atacados entonces por pteranodones. Incluso los helicópteros de rescate recibirían la ofensiva de los dinosaurios alados causando numerosas bajas. Pero esta conclusión no gustaba al director, quería algo de mayor impacto y recuperó una idea que hacía tiempo que le rondaba por la cabeza: un T-Rex en las calles de una gran ciudad.


Esta idea se había descartado inicialmente porque se veía como otra película dentro The Lost World. Pero finalmente surgió la idea de cómo integrarla, utilizando la trama del traslado a unas instalaciones en construcción de San Diego cuya máxima atracción sería el T-Rex. La fuga del gigantesco depredador recordaría grandes clásicos de género como King Kong y gustaría mucho más al público que la versión inicial. Con esta propuesta, Spielberg proponía elevar el nivel de destrucción en plena ciudad afirmando también algo importante:
"Tenía claro que no dirigiría futuras entregas de Jurassic Park después de The Lost World. Hablé con la gente de Universal sobre ello y les dije que, si decidían continuar, yo les ayudaría en la producción pero como director estaría en otros proyectos. No obstante, quise plantearles algo. Ya que ésta iba a ser mi despedida quería ver a un dinosaurio en medio de la civilización. Todos quedaron atónitos pero confiaron en mí." 
El grupo de secuencias en el supuesto San Diego fue un nuevo ejemplo de integración y complementariedad entre efectos mecánicos y digitales, haciendo honor a la que había sido la gran contribución de la primera entrega. Spielberg incorporó además algunos guiños humorísticos como el paso del T-Rex al lado de las cabinas del servicio de inmigración o la presencia del propio David Koepp como uno de los transeúntes que acaba siendo devorado por el dinosaurio. También aparecen varios ejecutivos japoneses, huyendo de la amenaza, en clara alusión a la entrada de inversionistas nipones en el accionariado de Universal Pictures. En el videoclub que aparece justo antes de que Koepp sea "atrapado", podemos ver carátulas de presuntas películas a cual más risible.

El rodaje finalizó el 11 de diciembre de 1996. Spielberg y Michael Kahn se reunieron en las siguientes semanas y dejaron listo el montaje final para que los magos del CGI concluyeran el trabajo bajo la supervisión de los productores Gerald R. Molen y Colin Wilson. Spielberg pasó a ocuparse de la pre-producción de Amistad. El rodaje empezaría en el mes de febrero demostrando que, tras un tiempo de descanso, ahora quería trabajar sin parar. 

John Williams optó por una música más aterradora y disonante, en consonancia con el tono del film. Añadió tambores para darle un aire más étnico a la composición y dejó el mítico tema principal para momentos muy puntuales. El nuevo main theme y el tema The Hunt son piezas muy destacables porque la acción que transmiten es genuina.


Spielberg se inspiró mucho en el clásico de Howard Hawks, Hatari (1962). Es fácil ver las coincidencias en la secuencia de la captura de dinosaurios en Sorna, con esos vehículos estilo safari desde los cuales se pueden inmovilizar a muchas de las criaturas. La filosofía del director en esta película estaba clara:
"Siempre tengo en cuenta al público en una película así. Sus gustos tienen prioridad sobre los míos. Yo tengo mis propios deseos secretos y haré películas para expresarlos. Pero pienso en el público cuando hago Jurassic Park, The Lost World o toda la saga de Indiana Jones. Gran parte de la película se hizo para que fuera una gran aventura para el público."
El Mundo Perdido es una secuela correcta. Quizá estamos ante una de las últimas apariciones del Spielberg más ligero. Habiendo iniciado un camino nuevo con La Lista de Schindler, que ya había apuntado con anterioridad, cada vez le resultaba más difícil regresar a los productos de entretenimiento masivo aunque eso no quiere decir que los haya abandonado por completo. The Lost World tiene una buena premisa argumental y un inicio de desarrollo interesante pero el humor que se utiliza, en ocasiones, no cuaja demasiado y las situaciones inverosímiles se ven más que en la cinta predecesora. Tenemos personajes que podrían haber dado más de sí, como es el caso de Roland Tembo. Por contra, hay otros que no consiguen interesar aunque sean importantes. El caso paradigmático que lo ilustra es el de Peter Ludlow

No obstante, el film tiene muchos momentos brillantes a nivel técnico que demuestran quien está detrás de la cámara. Tanto el ataque de los T-Rex al trailer artículado como la presencia de los procompsognathus en la secuencia de inicio y en la persecución a la que someten a Dieter Stark (Peter Stormare), resultan espléndidos. El director demuestra su maestría a la hora de crear tensión al igual que en el ataque de los raptores al grupo de Ajay (Harvey Jason), en medio de la maleza. Sin embargo, la conclusión final en San Diego no tiene la fuerza que se podía esperar y, aunque no decepciona, resulta algo rutinaria.

El Mundo Perdido es una película de contrastes, con momentos álgidos y otros de simple corrección. Nunca llega a formar un conjunto cohesionado y harmónico. 


Estrenada el 23 de mayo de 1997, la cinta fue un éxito aunque sus cifras resultaron algo más modestas de lo que se esperaba al inicio. Con un presupuesto de 73 millones de dólares, recaudó 618 a nivel mundial. Universal Pictures ha seguido colaborando con Spielberg en los años siguientes para producir nuevas secuelas. En 2001 llegó la decepcionante Jurassic Park III, dirigida por Joe Johnston, y este mismo año se ha estrenado, tras un largo proceso de decisión, Jurassic World, un auténtico fenómeno de taquilla que lleva recaudados casi 1300 millones de dólares en apenas veinte días. Spielberg eligió expresamente a Colin Trevorrow, un cineasta indie, para que se ocupara del proyecto y parece que no le ha decepcionado aunque nadie podía preveer una conexión tan masiva con el público.



Precedido por:

La Lista de Schindler (Schindler's List, 1993)

Continúa en:

Amistad (1997)