En la historia principal del universo Star Wars, la que conocemos en las seis películas de la doble trilogía, existen tres personajes que se establecen como los pilares principales de las tres maneras de concebir la Galaxia y la Fuerza, tanto por la relevancia argumental como por el hecho de ser de los pocos que aparecen en todas las películas. En el lado más oscuro está Palpatine, que, a lo largo de las películas demuestra su ambición, su odio y su ira como el símbolo de la orden Sith. En el punto medio entre la oscuridad y la luz, encontramos a Anakin Skywalker, que bailotea entre ambos bandos llevado por una pasión descomunal que crece en su interior. Y, finalmente, en la parte más luminosa de la Fuerza, está el que para muchos -entre los que me incluyo- es el mejor personaje de toda la saga… Obi-Wan Kenobi.
Obi-Wan, Ben para los amigos, es la definición de manual del perfecto jedi, si alguien quiere saber cómo ser un jedi, sólo tiene que ser como Kenobi. Desde sus años como padawan, Obi-Wan era firme, desinteresado, modesto y humilde. En muchos sentidos, representa la fuerza y el estilo de la antigua Orden Jedi. Y no sólo en su forma de actuar, sino también en su historia. Acogido por el templo cuando aún era un bebé, siempre siguió las reglas de la Orden, cumpliendo a raja tabla sus normativas. Así, por ejemplo, si bien tuvo algún escarceo amoroso, fueros pocos y no influyeron en su vida de jedi, ya que nunca los interpuso ante sus obligaciones. De aprendiz a caballero, y de caballero a maestro, llegando a ocupar un lugar en el Consejo durante los complicados días de las Guerras Clon. Esta ortodoxia como jedi puede sorprender, y más si tenemos en cuenta quien fue su maestro, del poco habitual Qui-Gon Jinn, y quien el maestro de este, el radical Dooku. Pero su maestro quien dijo:
“Has sido un buen aprendiz, Obi-Wan, y además eres mucho más sabio que yo. Sé que serás un gran Caballero Jedi”.
Dejando claro que Obi-Wan, aún siendo su fiel aprendiz, llegaría mucho más lejos que él, y que razón tenía. Ya que después de convertirse en caballero y tomar a Anakin de aprendiz, Kenobi actuó como negociador en muchos conflictos interplanetarios, participó en las Guerras Clon como general del ejército de la República, y, finalmente, fue uno de los pocos jedis en sobrevivir a la Purga, convirtiéndose, de este modo, en la semilla de la Nueva Orden Jedi.
“Obi-Wan es un gran mentor. Tan sabio como el maestro Yoda, y tan poderoso como el maestro Windu”.
Estas palabras, mencionadas por Anakin en el Episodio II, son rápida y clara descripción de quien era Obi-Wan. A pesar de su aspecto humilde, siempre oculto entre sus ropajes marrón claro, Kenobi era muy diestro con la espada y con la Fuerza, y a la vez su mente pausada y clara le permitía ver, con cierta perspectiva, todos los conflictos en los que se veía en vuelta. También tenemos que admitir que, si por un lado era un jedi modelo, en su juventud pecó, en diversas ocasiones, de impetuoso. Sin embargo, años más después de la Purga, se convirtió en un ser humano muy sabio, cuya relación con la Fuerza era muy estrecha, permitiéndole, tras su muerte, fundirse en comunión en ella, así como había hecho su maestro, Qui-Gon, siendo de los primeros jedis en mucho tiempo en lograrlo.
Como he dicho al principio, Kenobi, junto con Anakin y Palpatine, son el trío de personajes que marcan los tres puntos de concebir el universo Star Wars, sin embargo, solo Obi-Wan lo hace evolucionado a lo largo de toda la franquicia. Palpatine pasa de ocultarse a ser públicamente un sith, sin embargo, siempre es igual. Anakin, con su bipolarismo con la Fuerza, si bien evoluciona, lo hace de golpe, pero Obi-Wan es diferente. Lo descubrimos cuando es un padawan, lo vemos convertirse en un brillante maestro jedi y, finalmente, en uno de los seres más poderosos de la Galaxia. Literalmente lo vemos crecer ante nuestros ojos.
Dejando a un lado la vida del personaje, Obi-Wan es uno de aquellos personajes del universo de Star Wars que cautiva en cada escena. Y no solo digo esto por quién lo interpretaron (ojalá todos los personajes pudieran ser interpretados por actores de la talla de Alec Guinness y Ewan McGregor), sino también por el estilo del personaje. Cuando es joven, aún siendo sabio, tiene ese aire irónico (tan parecido a Han Solo), haciendo que en seguida queramos tomarnos unas copitas con él; mientras que de mayor, es ese profesor que todos hubiéramos querido tener, sabio pero divertido.
Hablando sinceramente, en mi modesta opinión, creo que Obi-Wan hubiera tenido que ser el protagonista de la saga. Sí, vale, muchos diréis que si Anakin o Luke jugaran un papel secundario, la peli no tendría argumento, pero si nos fijamos, todos los argumentos acaban confluyendo en él. Anakin es descubierto por Qui-Gon, Obi-Wan es su aprendiz; Qui-Gon muere, Obi-Wan se hace cargo del chico; un ejército clon se está construyendo, Obi-Wan lo investiga; una batalla inicia la guerra, Obi-Wan es el primero en llegar; un imperio tiene que caer, Obi-Wan se encarga de salvar la rebelión; incluso muerto sigue siendo el prota, ¿en quién confía Luke para destruir la Estrella de la muerte? ¡Exacto, en Obi-Wan!
Hay personajes más importante y menos, pero Obi-Wan es ese personaje imprescindible, sin el cual ningún elemento de la trama encajaría, por lo que si alguien me preguntara cual debería ser el subtítulo de la saga, yo diría: Star Wars: La vida de Obi-Wan. ¡Ahí queda eso!
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