Tres importantes planetas del Borde Exterior siguen ocupando nuestra atención. Y el primero de ellos es un pilar fundamental de la saga: Tatooine.
Tatooine se encuentra en el sector Arkanis y su situación, como cruce de caminos entre varias rutas comerciales, le otorga una posición privilegiada para beneficiarse del tránsito de naves de transporte que suelen hacer escala en el más importante de sus puertos: Mos Eisley. Los trapicheos, el contrabando y el tráfico ilegal de mercancías tienen un escenario privilegiado para desarrollarse puesto que el planeta no tiene un sistema de gobierno establecido. En un contexto de completa anarquía, los contrabandistas, cazarecompensas y traficantes gozan de manga ancha para sus negocios. Ni siquiera el Imperio dispone de una presencia fija. Tatooine concentra poderosos clanes criminales que tratan de buscar el lucro individual y extender el caos. En el planeta todo sirve a intereses personales y no existe ningún atisbo de resistencia política clandestina. Por consiguiente, al Imperio no le interesa demasiado lo que allí pueda suceder. Solo cuando una cápsula procedente de un destructor estelar se estrella en su superficie, se activan todos los protocolos de alarma. Porque ya sabemos que en su interior se esconde la semilla de una gran ofensiva de la Alianza Rebelde…
Tatooine es un planeta completamente desértico en superficie pero su atmósfera conserva una gran cantidad de humedad procedente de la época en que grandes océanos bañaban su corteza. Recoger esa humedad se convirtió en el único negocio legal de Tatooine.
Las granjas de humedad se encuentran por doquier. Utilizan sofisticados vaporizadores para recoger la humedad del aire y transformarla en agua para venta y consumo propio. El agua generada también sirve para irrigar cultivos, dispuestos en grandes hoyos bajo tierra, donde no pueden ser dañados por la potente luz del sistema binario de Soles: Tatoo I y Tatoo II.
Tatooine es decisivo en la saga por haber sido el hogar de un padre y un hijo, separados por un lapso de treinta y dos años. Anakin Skywalker nació allí como esclavo y se marchó para convertirse en Jedi. Diez años después, su regreso precipitado le convirtió en protagonista de un hecho trágico y nunca más volvió a la superficie de esa “roca inmunda”. Su hijo, Luke, fue llevado a Tatooine siendo un bebé para ser protegido de la cólera del Emperador. Obi-Wan Kenobi le dejó al cuidado de Owen y Beru Lars y permaneció allí veinte años como exiliado mientras perfeccionó su conocimiento de la Fuerza. La llegada de dos curiosos droides a la granja de humedad del tío Owen, precipitó una cadena de acontecimientos que serían claves en el devenir de la Guerra Civil galáctica. Y el joven Luke Skywalker hallaría finalmente su destino…
Cambiamos el objetivo y nos trasladamos a Utapau, un planeta cavernoso del sector Tarabba. Este insólito planeta también estuvo antaño cubierto por grandes océanos pero su corteza estaba compuesta por materiales fácilmente erosionables y, a lo largo de milenios, el agua fue excavando enormes cavernas que llegaron a rozar el núcleo magmático. Esta profundización en el manto del planeta afloró una rica variedad de minerales que son la principal fuente de subsistencia de los utapaunos. Las dos razas autóctonas de Utapau son conocidas por su habilidad para comerciar. Por otra parte, siempre han huido de conflictos y se han mantenido protegidos por una árida y erosionada superficie que les ofrece discreción.
Pero esas intenciones de eterna neutralidad fueron barridas cuando Darth Sidious ordenó al general Grievous la conquista del planeta para sacar rendimiento de sus minerales en favor de la Confederación de Sistemas Independientes durante las Guerras Clon. Obi-Wan Kenobi siguió la pista de Grievous hasta Utapau y consiguió defenestrarle. Poco después, Sidious accedió al poder total en la capital y convocó la Orden 66 por la cual el ejército clon debía exterminar a todos los Jedi. Obi-Wan fue atacado aunque consiguió escapar.
Toda su clase dirigente fue esclavizada y deportada quedándose una delegación permanente del Imperio para administrar la extracción de minerales. Tras la victoria de la Alianza Rebelde en la Guerra Civil, los nuevos mandatarios de Utapau decidieron agregarse a la Nueva República rompiendo su tradicional aislamiento.
Concluimos este capítulo con Yavin 4. Se trata de un pequeño satélite boscoso que orbita alrededor de un gigantesco planeta gaseoso del sector Gordian.
El pequeño Yavin 4 fue abandonado por la raza guerra de los Massassi hace siglos y permaneció deshabitado hasta que la Alianza Rebelde lo convirtió en su centro de operaciones tras ver comprometida su posición en Dantooine. Sin riquezas minerales ni razas a las cuales someter, Yavin 4 ha permanecido fuera del interés del Imperio llegando a ser incluso obviado en la cartografía oficial. Eso le convirtió en un lugar idóneo para que la Alianza Rebelde pudiera ocultar buena parte de su flota.
Los Massassi construyeron grandes templos piramidales que los ingenieros de la Alianza reformaron para convertirlos en dependencias de mando y hangares para cazas.
Hasta allí llega el Halcón Milenario, con la Princesa Leia a bordo, transportando los planos técnicos de la Estrella de la Muerte. Pero nada es gratutio ya que el Imperio ha conseguido colocar una señal de transmisión en la nave de Han Solo y ahora conocen la ubicación. El Gobernador Tarkin prepara la Estrella de la Muerte para acabar con la rebelión de un solo golpe. Aprovechando el pequeño margen que les queda, los rebeldes despliegan su ofensiva tratando de destruir la estación espacial antes de que la base quede al descubierto.
Cabe destacar que Yavin 4 también apareció en un capítulo de la serie animada sobre la Guerras Clon. En el mismo presenciábamos un enfrentamiento entre Anakin Skywalker y la joven Sith, Asajj Ventress.
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