Toda saga de películas, series o incluso libros, cuando su número de seguidores es considerable, genera de forma automática unos símbolos, algo con lo que sus fans se identifican y le pueden decir a los demás “me gusta esto”. En el caso de Star Wars que, con permiso de Star Trek. The Original Series, fue el que inventó las manadas de fans a gran escala, hay tres elementos que se han convertido, con el tiempo, en símbolos de su poder “fanboyero”. Estos son los sables láser, el casco o la imagen de Darth Vader y, como, los archiconocidos soldados de blanca armadura conocidos como Stormtroopers o tropas de asalto.
Aunque en época imperial estos soldados eran, en parte, reclutados, en gran parte tenían un origen un tanto más exótico, eran clones. En estos tiempos había diversos sujetos originales cuyo ADN servía para hacer más y más unidades para nutrir el Ejército Imperial, pero el que vendió sus genes por primera vez fue Jango Fett, padre del cazarrecompensas Boba Fett. El imperio heredó diversas cosas de la República Galáctica, entre ellas, su ejército clon, cuyas unidades eran clones modificados de Jango, con el objetivo que fueran más dóciles y más fáciles de dirigir en combate. En época republicana, el Ejército Clon fue creado por los kaminoanos siguiendo las órdenes del Conde Dooku, aunque este se hizo pasar por su amigo, el maestro jedi Sifo-Dyas, y de esta forma dotar de fuerza militar a una república carente de ella. Durante los últimos años de las Guerras Clon -concretamente desde la batalla de Geonosis, fueron los garantes de la supuesta libertad que defendía el Canciller Palpatine, frente a la opresión de los Separatistas y su Ejército Droide.
Tanto antes como después del ascenso de Palpantine al trono imperial de la Galaxia, este ejército estaba compuesto por muchos más cuerpos además de las características tropas de asalto. Al principio, los kaminoanos creían que los caballeros jedis no bastaban para formar fuerzas de élite y comandantes de campo para millones de soldados, por lo que dotaron a ciertos clones con programación y formación adicional para que actuaran como fuerzas especiales o como eslabones en la cadena de mando entre los jedis y los soldados rasos. Debido a ello se parecían más a Jango Fett, mostrando iniciativa y capacidad de liderazgo. Además también existían los pilotos de naves de combate o de vehículos AT, los comandos, etcétera, etcétera.
Ya en época imperial, los grados intermedios fueron ocupados por oficiales adiestrados en academias militares del Imperio, pero los soldados siguieron especializándose según las necesidades, así veremos tropas de invasión de planetas nevados como Hoth, soldados de reconocimiento como los que se encuentran en la luna de Endor, pilotos de cazas TIE, y, por ejemplo, de unidades de AT-ST o AT-AT. Pero, a grandes rasgos, todas ellas no son más que variaciones y especializaciones de su unidad más grande e importante, los stormtroopers, que son la columna vertebral tanto del Ejército Clon como del Ejército Imperial.
A parte de su conocida armadura, lo que caracteriza a estas tropas de combate es su imposibilidad de acertar con sus blasters a los protagonistas de la saga. Esto, conocido como el Efecto Stormtrooper, se debe a que, a pesar de su aplastante superioridad numérica, su preparación militar y su probada efectividad en el combate contra personajes muy secundarios, son incapaces de herir seriamente o incluso alcanzar a los protagonistas principales. A la vez, los stormtroopers son altamente vulnerables y caen aparatentemente muertos o incapacitados tras recibir un único disparo en el abdomen o en el hombro, a pesar de estar protegidos por una sólida armadura, lo cual es aún más evidente cuando sus oponentes son los protagonistas.
Sea por su “eficacia militar”, sea por su curioso origen, o sea por su característica armadura, las tropas de asalto de Star Wars se han convertido, en su conjunto, en un elemento básico del universo creado por George Lucas.
Star Wars. Manual de Supervivencia es un proyecto de LASDAOALPLAY? y El Cine de Hollywood.