Walter Mitty (Ben Stiller), un tímido empleado de la
revista Life, vive en un mundo ideal donde sus proezas
imaginarias (gracias a las cuales se abstrae de su aburrida vida personal) son
el magnífico escenario para dar rienda suelta a su fabulación como héroe de la
humanidad y protagonista de grandes hazañas.
Cuando los
accionistas de la editorial deciden cerrar la revista para conservar solo su
comercialización digital, el fotógrafo freelance Sean O’Connell (Sean Penn) le
envía al editor fotográfico y responsable del departamento de negativos (Mitty)
la que será la última foto de portada de la revista en edición papel,
convirtiéndose esta (en principio) insignificante tarea en la más grande proeza
a la que se haya enfrentado jamás nuestro protagonista. Cuando Mitty y su
compañero del departamento fotográfico descubren que el negativo 25, escogido
por O’Connell, no está en el paquete que
reciben junto con otras fotografías, se ponen en marcha una serie de
acontecimientos que harán que Mitty viva, realmente, su verdadera aventura: la
de encontrarse a sí mismo y vencer sus temores a través de un viaje por el
mundo.Así pues, de una manera un tanto precipitada e improvisada, forzada por el miedo a perder el trabajo, Mitty decide ponerse en marcha para ir a buscar a O’Connell a Groenlandia (donde se le supone en un principio) para continuar viaje por Islandia (donde el fotógrafo acaba de inmortalizar un volcán en erupción momentos antes de que Mitty llegue) para, por último, acabar encontrándole en el Himalaya y pedirle que le vuelva a dar ese negativo que debe cerrar como broche de oro el último número de la publicación.
Todas las
aventuras que vive para encontrar al fotógrafo acaban haciendo de este viaje un
maravilloso umbral que le hará abrir los ojos a Mitty sobre qué es lo que desea
en realidad de la vida, sometiéndole a diferentes pruebas que le demostrarán
hasta qué punto puede confiar en sí mismo y hasta dónde puede ser capaz de
llegar gracias a su propio esfuerzo fuera del sótano donde trabaja todos los
días, incluido el amor.
Este remake del film homónimo de 1947 (dirigido por Norman Z. McLeod), está inspirado en un relato de James Thurber. La cinta del propio Stiller (la quinta que dirige) ya ha sido catalogada por los “National Board of Review” (NBR) como una de las 10 mejores películas del año y también ha sido nominada en los “Satellite Awards”, en las categorías de mejor fotografía y banda sonora.
Vista como
una película cómica más de Ben Stiller por muchos críticos, otros definen “La
Vida Secreta de Walter Mitty” como una pequeña joya para descubrir. Porque
nos ofrece una visión muy emotiva sobre la capacidad que tiene el ser humano
de forjarse sus propios límites y vivir su propio destino, opinión a la que yo
me sumo.
Completada con un gran reparto, esta película que nada tiene que ver con la comedia surrealista pronto conmueve por su mensaje de clarísimo canto a la vida y a la superación personal.
Completada con un gran reparto, esta película que nada tiene que ver con la comedia surrealista pronto conmueve por su mensaje de clarísimo canto a la vida y a la superación personal.
Es, quizás, lo que más me ha gustado de ella: que se convierte en una ventana que te deja ver desde el cómodo asiento del cine que puedes, realmente, dar ese paso que tanto te has negado a ti mismo bajo las falsas etiquetas del clásico “no puedo”. Se trata de una historia que te hace sentir bien contigo mismo de tal manera que sales contento de la sala de cine. Y eso ya es mucho hoy en día.
Recomiendo ir a verla solo si aún se tiene espíritu de niño indomable dentro. Si no, se puede convertir en una cinta no entendida y mal valorada por su gran carga de fantasía.
“La Vida
Secreta de Walter Mitty” o… como soñar y no perderse en el intento, una
agradable fábula para todo tipo de público que no hay que perderse.
El himno de David Bowie, "Space Oddity" encaja perfectamente con el tono y el mensaje de la película.