Prisioneros es, sin duda alguna, uno de los mejores filmes del 2013. Su puesta en escena agreste y la trama dramática profundamente desgarradora, convierte a la película en una experiencia imprescindible para el espectador más cinéfilo. Eva Buendía quedó cautivada por la propuesta del quebequés Denis Villeneuve y ha escrito un texto muy enfocado hacia la generación de un debate en este blog. Eva plantea una serie de preguntas que inundan a todo aquél que ha visto la cinta. Por consiguiente, estamos ante una buena oportunidad para reflexionar y opinar acerca de un tema muy espinoso. Os dejo con la interesante reseña:
Con guión de Aaron Guzikowski (Contraband), dirección de Denis Villeneuve (Incendies) y fotografía del maestro Roger Deakins, Prisioneros se convierte desde el primer momento en una obra fantástica, magistralmente interpretada por todo su elenco protagonista. Su ambientación sórdida, tenebrosa y desasosegante, hace que el espectador no quiera perder ni un instante de la trama dramática sobre la desaparición de dos niñas pequeñas, en un barrio obrero del interior del estado de Pennsylvania, mientras van de camino a la casa de una de ellas. El paisaje húmedo y lluvioso en todo momento, reflejo del otoño que empieza, no hace más que intensificar esta sensación de desesperación, misterio, y duda sobre qué debe haber ocurrido con ellas.
Keller Dover (Hugh Jackman) es un trabajador de clase media al que las cosas no le van del todo bien últimamente y deberá enfrentarse a la peor situación que jamás hubiera podido imaginar: la desaparición de su hija Anna de seis años junto con Joy, su mejor amiga. El tiempo va pasando y mientras cree observar que la policía no hace todo lo que debiera, culpando al encargado de la investigación (el detective Loki, interpretado por Jake Gyllenhaal), decide ponerse él mismo a investigar utilizando para ello todos los medios que considera adecuados para dar con el paradero de las dos niñas a partir de la única pista de la que disponen: una destartalada caravana conducida por Alex Jones (Paul Dano), un chico deficiente que había sido detenido por la policía poco después de la desaparición. Las pesquisas de unos y otros parecen complicarse más cuando salen reflejados casos de desapariciones a manos de pederastas, algunos de los cuales viven por la zona y con los que, el propio Jones, parece estar relacionado de alguna manera.
Este drama policíaco es sensacional desde su primera imagen. Vemos que la aparente felicidad que se transmite no va a perdurar mucho hasta llegar a un desenlace donde queda reflejado que, desde el principio de la película, nada es lo que parece.
Realmente, es una historia impactante, con una temática difícil para muchas personas pero que no por ello hace perder el interés por ella. Al contrario, personalmente creo que se trata de un argumento que te hipnotiza desde el primer momento por su trama compleja tan bien urdida, desarrollada, y finalizada gracias a un gran trabajo del director y de sus protagonistas, los cuales realizan papeles magistrales. Villeneuve se convierte en el agudo observador de la narración, focalizando su atención en los primeros planos que reflejan la tensión emocional que viven los personajes. Y su uso de las elipsis para ahorrarnos escenas que ya nos suponemos, resulta un elemento muy valorable y que respeta la inteligencia del público.
De toda ella se desprende un mensaje moral a cada minuto que la vamos viendo: ¿hasta dónde llegaríamos si algo así nos sucediera a nosotros?. Siempre pensamos que estamos dispuestos a cumplir con las leyes y a ser ciudadanos cívicos pero… ¿realmente nos lo creemos?. Los protagonistas de la historia son personajes normales y corrientes, como cualquier vecino que podamos tener… o como nosotros mismos. Entonces, ¿actuaríamos igual?, ¿podemos sancionar lo que hacen o llegamos a sentirnos identificados con ellos, aun cuando lleguen al punto de torturar a un chico deficiente al que se cree culpable del secuestro?.
Todas estas reflexiones morales y legales se las hace el espectador durante y después del visionado de la película. Es por ello que me ha gustado tanto, porque te hace pensar y muy duramente además. No es una historia apta para el espectador casual pero, para los que nos gusta el cine y debatir sobe él, sí lo es. Aunque pueda parecer larga o con un transcurso de los acontecimientos lentos, no lo es; necesita desarrollarse lentamente para que todas las piezas queden bien ensambladas y todo cobre sentido en el sorprendente desenlace final.
Al lado de Jackman y Gyllenhaal, vemos también a un elenco secundario de gran fuerza interpretativa: su mujer en la película, Maria Bello ( La Momia: la Tumba del Emperador, A History of Violence, Coyote Ugly), los mejores amigos de ambos, padres de la otra niña desaparecida, el matrimonio formado por Viola Davis (Criadas y Señoras, La Duda, El Juego de Ender) y Terrence Howard (Iron Man, Hustle and Flow, Crash), Melissa Leo como la tía del chico acusado (The Fighter, Oblivion, El Vuelo), David Dastmalchian como uno de los pederastas (The Employer, Brutal, Sushi Girl), Dylan Minnette como el hermano mayor de Anna (Let Me In, Awake, Salvando a Grace), Erin Gerasimovich como Anna (¡Menudo Fenómeno!), Kyla Drew Simmons como Joy, Zoë Soul como la hermana mayor de Joy, Len Cariou como el cura del pueblo (Se Ha Escrito un Crimen, Blue Bloods, Into the Storm) y Sandra Ellis Lafferty como la madre de uno de los niños desaparecidos 19 años atrás (Los Juegos del Hambre, Walk the Line, La Profecía).
Todos ellos juntos forman parte de un film desgarrador y tristemente muy de actualidad. Una historia muy bella, a la vez, puesto que aborda, con profundidad, cómo hay gente que lucha con todas sus fuerzas para evitar que sigan sucediendo raptos de niños, los más desfavorecidos de la sociedad. De momento, ya se ha alzado con el reconocimiento de ser Finalista del Premio del Público como Mejor Película en el Festival de Toronto de este año.
Le agradezco muchísimo a Néstor que me haya dejado participar otra vez en su magnífico blog realizando el post de Prisioneros. Es una película que me ha cautivado completamente y de la que tenía muchas ganas de hablar porque me ha hecho cuestionar muy seriamente hasta qué punto hay que culpar a Jackman de los métodos que utiliza para extraer información del chico acusado. De hecho, gracias a sus métodos se empiezan a obtener frutos…
Dejo el debate abierto para la reflexión de cada uno.