A finales de los 80, el productor Jon Peters persuadió a Warner Brothers para producir una película de gran presupuesto sobre Batman. Tras conseguir el fichaje del director joven (Tim Burton) más interesante del momento, la maquinaria del film se puso en marcha y uno de los puntos clave era el diseño del batmóvil. Todos tenían presente la serie que se desarrolló en los años 60 pero ahora la concepción visual oscura, que había inundado progresivamente al personaje en los cómics durante los 70 y 80, también iba a ser la que predominara en un film cuyo director había demostrado previamente cuanto llegaban a seducirle los ambientes góticos y tenebrosos.
El diseñador de producción, Anton Furst, fue el creador del nuevo batmóvil en el que demostró su gran valía como artista conceptual. El diseño que fue definitivamente elegido presentaba una trompa muy lanzada, incorporando en ella la entrada de la turbina. El nuevo tono oscuro y siniestro se reflejó perfectamente en la visualización de un batmóvil que disponía de unas aletas traseras que pretendían emular las alas del murciélago. La nueva cabina, cuya cubierta se abría hacia delante, reforzaba la aerodinámica del vehículo.
En la película, el auto estaba equipado con ametralladoras, blindaje completo, un gancho especial y un dispositivo de postcombustión. Sobre los diseños de Furst, el constructor John Evans dio forma definitiva al coche. Varias piezas de la aviación fueron utilizadas para las partes de la trompa y de la cola. La fibra de vidrio acabó de dar la estética exterior definitiva al modelo.
Se construyeron dos batmóviles que medían ocho metros de largo. Los chasis utilizados para ambas unidades fueron extraídas de dos viejos Chevrolet Impala, a los que hubo que alargar unos 45 centímetros. Los motores estaban muy abajo del chasis y se incrementó el ancho de las ruedas para hacer posible su estabilidad.
Para Batman Returns (1992), el batmóvil fue esencialmente el mismo aunque, en pantalla, presentó algunas modificaciones como el estrechamiento que era capaz de obtener desprendiéndose de algunos de sus elementos, algo que le permitía escapar por lugares que impedirían el paso a sus perseguidores. Se convertía, de hecho, en una especie de batmisil..
La belleza del prototipo y su aire siniestro le reservan un lugar muy especial en la exhibición de Warner Brothers.
Tras varios contactos con directores de gran proyección, WB decidió confiar el reboot de la franquicia a Christopher Nolan que acababa de dirigir Insomnia (Insomnio, 2002) para el estudio de Burbank. Nolan y el guionista David S. Goyer concibieron un reinicio que cambiaba completamente el tono de las adaptaciones previas del héroe de Gotham. Y en su intento de crear una película más adulta y realista creyeron que era necesario crear un batmóvil con menos estilismo y más cercano a un vehículo de combate urbano ultrareforzado. De alguna manera, el tanque brutal que vemos en la novela gráfica de Frank Miller, El Regreso del Caballero Oscuro, fue el referente sobre el que los responsables del film se pusieron a trabajar.
Con estas premisas, el diseñador de producción Nathan Crowley creó la versión definitiva del que fue conocido como tumbler. El resultado fue un vehículo amenazador y consistente que muy pronto cautivó a los fans del personaje. Este cruce entre un Lamborghini y un tanque militar, supuso muchísimos meses de preparación y pruebas. Se construyeron dos unidades completas para la grabación de las secuencias de calle y otro más, con un mecanismo hidráulico especial, para las tomas de saltos. Otro modelo completo se equipó con un propulsor de propano trasero que serviría para mostrar la fuerza impulsora en determinados momentos. Finalmente, también había una versión a escala 1/3 que sirvió para rodar determinados planos como la secuencia en el que el tumbler escapa rodando a través de los tejados.
Por dentro, la apariencia del era la de un coche de rallies por lo que las tomas interiores de Batman al volante fueron rodadas en estudio. En el film, el tumbler ha sido desarrollado por la división de ciencias aplicadas de Empresas Wayne para ser vendido al ejército como vehículo blindado capaz de tender puentes con su sofisticado equipo de salto. Cuando Lucius Fox (Morgan Freeman) le presenta el auto a Bruce Wayne (Christian Bale), éste ve que puede ser justo lo que andaba buscando para su alterego enmascarado. Solo le hacía falta un pequeño ajuste: pintarlo de negro.
El modelo definitivo medía 4,62 metros de largo y venía equipado con un motor GM V8 de 500 caballos de potencia. Toda una declaración de intenciones.
En el Caballero Oscuro (The Dark Knight, 2008), el tumbler aparecía al inicio cuando Batman captura al Espantapájaros y, en su siguiente presencia completa, resultaba seriamente dañado tras recibir el impacto de un cohete lanzado por el Joker. La gran innovación conceptual se producía cuando Batman salía del automóvil accidentado a través del desprendimiento de una de sus partes delanteras que se convertía en el Batpod. La persecución continuaba por las calles de Gotham en una secuencia de gran espectacularidad que ha convertido al Batpod en la moto preferida incluso de aquellos que aborrecen los vehículos de dos ruedas.
En El Caballero Oscuro: La Leyenda Renace (The Dark Knight Rises, 2012), los tumblers de camuflaje que seguían depositados en Empresas Wayne son sustraídos por Bane y sus hombres. En su plan de tomar el control de Gotham, los vehículos eran una piedra angular por su gran poder intimidador y la capacidad ofensiva que poseen. En la batalla final que se libra para salvar a la ciudad del apocalipsis, Batman cuenta con su más reciente y mortífera creación: The Bat, una aeronave equipada con toda clase de dispositivos armamentísticos que, además, dispone de una gran maniobrabilidad para eludir el ataque con misiles. Solo con este as en la manga puede el murciélago derribar a tres Tumblers en su objetivo de localizar el ingenio de destrucción masiva que está a punto de detonar.
En el hangar de Warner Brothers se encuentra expuesto uno de los tumblers de camuflaje usados en The Dark Knight Rises. También ocupa un lugar de excepción el fantástico Batpod.
Con estas premisas, el diseñador de producción Nathan Crowley creó la versión definitiva del que fue conocido como tumbler. El resultado fue un vehículo amenazador y consistente que muy pronto cautivó a los fans del personaje. Este cruce entre un Lamborghini y un tanque militar, supuso muchísimos meses de preparación y pruebas. Se construyeron dos unidades completas para la grabación de las secuencias de calle y otro más, con un mecanismo hidráulico especial, para las tomas de saltos. Otro modelo completo se equipó con un propulsor de propano trasero que serviría para mostrar la fuerza impulsora en determinados momentos. Finalmente, también había una versión a escala 1/3 que sirvió para rodar determinados planos como la secuencia en el que el tumbler escapa rodando a través de los tejados.
Por dentro, la apariencia del era la de un coche de rallies por lo que las tomas interiores de Batman al volante fueron rodadas en estudio. En el film, el tumbler ha sido desarrollado por la división de ciencias aplicadas de Empresas Wayne para ser vendido al ejército como vehículo blindado capaz de tender puentes con su sofisticado equipo de salto. Cuando Lucius Fox (Morgan Freeman) le presenta el auto a Bruce Wayne (Christian Bale), éste ve que puede ser justo lo que andaba buscando para su alterego enmascarado. Solo le hacía falta un pequeño ajuste: pintarlo de negro.
El modelo definitivo medía 4,62 metros de largo y venía equipado con un motor GM V8 de 500 caballos de potencia. Toda una declaración de intenciones.
En el Caballero Oscuro (The Dark Knight, 2008), el tumbler aparecía al inicio cuando Batman captura al Espantapájaros y, en su siguiente presencia completa, resultaba seriamente dañado tras recibir el impacto de un cohete lanzado por el Joker. La gran innovación conceptual se producía cuando Batman salía del automóvil accidentado a través del desprendimiento de una de sus partes delanteras que se convertía en el Batpod. La persecución continuaba por las calles de Gotham en una secuencia de gran espectacularidad que ha convertido al Batpod en la moto preferida incluso de aquellos que aborrecen los vehículos de dos ruedas.
En El Caballero Oscuro: La Leyenda Renace (The Dark Knight Rises, 2012), los tumblers de camuflaje que seguían depositados en Empresas Wayne son sustraídos por Bane y sus hombres. En su plan de tomar el control de Gotham, los vehículos eran una piedra angular por su gran poder intimidador y la capacidad ofensiva que poseen. En la batalla final que se libra para salvar a la ciudad del apocalipsis, Batman cuenta con su más reciente y mortífera creación: The Bat, una aeronave equipada con toda clase de dispositivos armamentísticos que, además, dispone de una gran maniobrabilidad para eludir el ataque con misiles. Solo con este as en la manga puede el murciélago derribar a tres Tumblers en su objetivo de localizar el ingenio de destrucción masiva que está a punto de detonar.
En el hangar de Warner Brothers se encuentra expuesto uno de los tumblers de camuflaje usados en The Dark Knight Rises. También ocupa un lugar de excepción el fantástico Batpod.