Desde 1939, la Union Station de Los Angeles conecta la ciudad californiana, por vía férrea, con el resto del país. Diseñada por un equipo de arquitectos encabezado por John y Donald B. Parkinson, la estación entró en el National Register of Historic Places en 1980.
Bajo una concepción artística
que mezcla el art decó con el estilo colonial español, esta terminal de
comunicaciones ha sido profusamente frecuentada por equipos de rodaje durante
más de sesenta años. El primer título de
repercusión que se rodó en esta localización fue el clásico de cine negro
dirigido por Rudolph Maté y protagonizado por William Holden cuyo título era
precisamente Union Station. Este film de 1950 centraba la acción en la estación
del mismo nombre ubicada en Chicago. Pero el rodaje de esas escenas se llevó a
cabo en Los Angeles.
Sin embargo, a estas referencias se le ha unido recientemente una aportación más. En The Dark Knight Rises, hay una serie de escenas que tienen lugar en lo que aparenta ser una sala de audiencias del Ayuntamiento de Gotham. Con la ciudad ocupada y controlada por Bane y sus mercenarios, ese espacio se ha convertido en el ejemplo más gráfico de la "Ley del Terror" que el villano ha impuesto. Bajo la presunta autoridad del demente Jonathan Crane, alias Espantapájaros, cada día se sentencia a los representantes de la opulencia ciudadana a un destino atroz: "Muerte", "Exilio" o más bien ambas cosas. Tal como apuntó mi amigo Octopus en su brillante crítica, Bane se ha convertido en un nuevo Robespierre. Y su objetivo es minar la integridad y los valores morales de la sociedad de Gotham como paso previo a la destrucción final de la urbe.
El motivo que me ha llevado a recordar ahora estos antecedentes responde al hecho de que fue en Union Station donde se rodaron las escenas de esos "juicios". Utilizando una de sus entradas para situar el presunto púlpito de Crane, la terminal sirvió, una vez más, como gran enclave fílmico.