"Aquí no se termina la historia. Estoy empezando, soy una persona seria y perseverante. Primero quise ir a Hollywood y estudiar, luego trabajar en cualquier cosa relacionada con la imagen, como los anuncios; más tarde hacer cine y con esta película llegar al gran éxito comercial y al número uno durante cuatro días seguidos."
Jaume Collet-Serra
¿ Cual es la esencia del thriller ?... cualquier cinéfilo diría que el thriller debe aportar tensión, intensidad, sorpresas, y una buena dosis de acción. Todo ello combinado con una narración de ritmo alto, que no conceda al espectador demasiados momentos de relajación.
Todos estos elementos definen a este género pero demasiadas veces nos llegan películas que, en el intento de cumplir con estos preceptos, se quedan lamentablemente en el camino. Estamos bastante acostumbrados a thrillers que se apoyan en argumentos demasiado simples o incluso risibles. Y, en otros casos, lo que falla es el ritmo o faltan puntos de inflexión a lo largo del metraje.
Este no es el caso de Sin Identidad. El director catalán Jaume Collet-Serra, afincado en Hollywood desde 1992, ha cuidado mucho la película para conseguir que la sensación general del espectador sea la de haber visto un film interesante, atrayente y sumamente entretenido. Collet ha contado con una trama argumental consistente y ha dirigido los destinos del proyecto valiéndose de las técnicas más modernas de rodaje para explicar una historia y explicarla bien.
Si yo hubiera optado por entrar en el mundo del cine como profesional del medio habría deseado conseguir la misma trayectoria que Collet-Serra. Es decir, marchar immediatamente a Hollywood, aprender y realizar todos mis films en el marco de la industria norteamericana, pasando de largo de las constricciones y limitaciones que impone el cine español.
Sin Identidad es un thriller ejemplar, muy correcto en todas sus facetas, intenso, y visualmente potente. Collet aprovecha bien la atmósfera fría e incluso mortecina de la ciudad de Berlín y el plantel de actores está a la par del contexto general. Liam Neeson demuestra, una vez más, su gran clase y presencia al frente del papel protagonista. Siento una profunda admiración por él y por su trabajo y, aunque trabaja mucho y no siempre en películas interesantes, siempre hay algo que vale la pena en sus interpretaciones, aunque en ocasiones forme parte de films intrascendentes.
Me parece injusto que algunos expertos critiquen el film por su falta de riesgo o por ser poco original. Collet no engaña a nadie. No ha querido hacer un film audaz y rompedor porque el proyecto no lo requería. Sencillamente ha tratado de desarrollar una historia por unos cauces que permitan al público entretenerse.
Es cierto que se pueden establecer muchos paralelismos entre el argumento de Sin Identidad y el de películas previas como Frenético o la trilogía de Jason Bourne. Las similitudes existen pero estas consideraciones deben quedar de lado cuando vamos a ver una película de este tipo. Lo que debe valorarse es si consigue el objetivo de abstraerte y meterte de lleno en la piel del doctor Martin Harris. Y eso, la cinta lo logra sobradamente. El ritmo vertiginoso del metraje te hace olvidar esas referencias excepto para aquellos que acuden a un cine con un bloc de notas y una lucecita, dispuestos a escudriñar y destripar la última creación del gran traidor a la industria cinematográfica local.
No estamos ante una gran película sino ante un film cohesionado y correcto. Y, desgraciadamente, eso es más de lo que vemos habitualmente en los thrillers actuales.