Ha desaparecido un gran cineasta que, junto a Woody Allen, es probablemente el que mejor ha retratado a la ciudad de Nueva York en la gran pantalla.
Perteneciente a la generación de directores surgidos de la televisión, en la década de los 50, su primer trabajo en el cine fue espectacular puesto que rodó el clásico 12 Hombres sin Piedad (1957). Fue el inicio de una carrera enormemente prolífica, con más de 50 titulos en su haber, llegando a dirigir una película cada año durante cinco décadas.
Lumet fue un gran director de actores y siempre introdujo fuertes matices sociales y humanos en sus films. En sus películas, siempre fue muy cercano a las problemáticas del día a día en la sociedad contemporánea. Y fue el mejor tratando temas de corrupción policial y judicial. Combinó proyectos más comerciales con otros de mayor autoría personal pero trabajó con todos los estudios y siempre fue apreciado y venerado por aquellos que coincideron profesionalmente con él.
Entre su extensa filmografía nos deja títulos imborrables como La Colina, La Ofensa, Serpico, Asesinato en el Orient Express, Tarde de Perros, Network, El Príncipe de la Ciudad, Veredicto Final, A la Mañana Siguiente, Distrito 34, y La Noche Cae sobre Manhattan. Trabajó con los mejores actores y, gracias a su larga trayectoria, pudo coincidir con intérpretes de generaciones muy diversas. Amaba el cine y eso se dejaba notar en cada uno de sus planos. Se marcha otro gran coloso del séptimo arte.