La serie A-Team estuvo en antena, en la NBC, durante cinco temporadas (1983-1987). Fue un encargo que la cadena le hizo al escritor y productor Stephen J. Cannell, al cual le pidieron que creara un espectáculo de acción distendida que pudiera desmarcarse de los seriales del momento (Dallas, Dinastía, Falcon Crest) conquistando el favor de otro tipo de público.
Y así fue, Cannell creó un argumento sobre cuatro miembros de una unidad especial del ejército norteamericano, acusados y perseguidos erroneamente, que sobreviven como soldados de fortuna alquilando sus servicios a todos aquellos que se encuentran en una situación desesperada que no puede ser solucionada por los canales habituales.
Pero tras una exitosa primera temporada en que la serie fue cuarta en las listas de audiencias superada únicamente por Dallas, Dinastía, y un talk show, el proyecto fue cayendo en picado y acabó su andadura en 1987 tras 97 episodios. Un mítico actor de la era dorada de Hollywood, George Peppard, lideraba un reparto en el que se encontraban Dirk Benedict, Mr. T, y Dwight Schultz. Éste último fue el que más trabajó con posterioridad gracias a la presencia continuada en multitud de otras series destacando su participación asidua en Star Trek: La Nueva Generación donde interpretaba a un ingeniero brillante pero peculiar llamado Reg Barclay. Dirk Benedict y Mr. T se perdieron en el tiempo y el gran George Peppard falleció en 1994.
Tras largos años buscando la forma de llevar adelante una adaptación de la serie a la gran pantalla, ha llegado finalmente una película que ha visto la luz gracias al patrocinio de los hermanos Ridley y Tony Scott.
La verdad es que una película como ésta no tenía las mejores expectativas posibles. La serie sólo tuvo interés en su época. Vista ahora, resulta una ridiculez absurda que ha quedado completamente desfasada. Por tanto, una adaptación debía actualizar el argumento y aumentar el grado de dureza del mismo ya que la ingenuidad y el tono camp de la serie predecesora no era válido para un largometraje de acción.
Tras ver el film, creo que la supervisión de los hermanos Scott y el trabajo de Joe Carnahan, Brian Bloom (que interviene en el film dando vida a uno de los villanos), y Skip Woods ha sido acertado. Han mantenido el tono distendido que le correspondía pero también han añadido muchos elementos contemporáneos y rabiosamente actuales que han dado como resultado un Equipo A para una nueva generación. Una película que funciona perfectamente como entretenimiento de verano, poblado de grandes secuencias de acción, y que eleva el nivel de contundencia para satisfacer también al público adulto.
Es una película correcta, con un montaje muy dinámico que busca ocultar la inverosimilitud de muchas de las situaciones que se dan en el argumento. En definitiva, un film palomitero, entretenido, intrascendente, pero digno.
Aquellos que esperaban encontrar un bodrio absoluto no lo hallarán. A-Team, la película, no perdurará en el recuerdo de los espectadores con el tiempo, pero habrá cumplido con lo que se proponía en su momento: entretener de forma intensa al público sin provocar demasiado la vergüenja ajena del espectador. Algo que sí ocurre en un producto similar que ha visto la luz en las últimas semanas: Noche y Día.
Quizá el factor más potente para que la película no caiga en un pozo sin fondo es su magnífico reparto. Es de sobras conocida y valorada la entereza y prestancia que otorga Liam Neeson en sus interpretaciones. Al frente del cast como Hannibal Smith es absolutamente perfecto. Aporta carisma y resulta enormemente creible como cerebro operativo. Bradley Cooper vuelve a hacer gala de su talento cómico para dar vida al no menos carismático Templeton "Fénix" Peck. Quinton Jackson supone una grata sorpresa y consigue la simpatía de la audiencia desde el primer momento, un acierto total del departamento de casting. Y en cuanto al surafricano Sharlto Copley, no cabe duda que era la mejor elección posible para dar vida a "Howling Mad" Murdock. Se podría decir que ha nacido para este papel.
Además, la cinta cuenta con la presencia siempre estimulante de la atractiva Jessica Biel y de unos villanos simples pero efectivos, en la línea del conjunto del film.
En definitiva, una película que entretiene y distrae sin entrar en territorios de excesiva ridiculez. Se podría decir que se ha hecho el mejor producto posible sobre un material previo que no daba para más. Sin embargo, el público no está respondiendo demasiado y es posible que los productores hayan pensado que quizá les habría convenido ampliar el tono cómico añadiendo algunas escenas más tan inverosímiles como la de la caída en picado del tanque. Una posible secuela, de optar por este camino, podría ser francamente insoportable. Pero es lo que ocurre con este tipo de cine ultracomercial. Hay que satisfacer el gusto del público mayoritariamente adolescente, que es el que tiene la clave para aumentar las cifras de recaudación en las primeras semanas.