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25 d’octubre del 2009

Enemigos Públicos


Entre 1931 y 1935 se vivió en Estados Unidos la que se conoció como la era de los "Enemigos Públicos". Una serie de bandas, que operaban fundamentalmente en la zona del Medio Oeste, se dedicaron a realizar innumerables atracos a bancos y secuestros de personas económicamente solventes. La gran depresión, iniciada a partir del crack bursátil de 1929, fue el caldo de cultivo para el aumento de este tipo de delincuencia. Una buena parte de la población estadounidense se vio abocada a vivir situaciones de pobreza, con un paro galopante provocado por la consiguiente destrucción del tejido productivo del país.

Así pues, a los gangsters que operaban, desde hacía decadas en las grandes ciudades, gestionando los rendimientos del tráfico de alcohol, el juego y la prostitución, se les unió un grupo de delincuentes comunes que cambiaron la escala de sus operaciones desde los pequeños atracos hasta los grandes asaltos a bancos.
Florecieron los nombres ya míticos de John Dillinger, "Baby Face" Nelson, "Pretty Boy" Floyd, Alvin Karpis, Ma Barker, Bonnie Parker y Clyde Barrow, "Machine Gun" Kelly, y un largo etcétera.

John Dillinger es quizá el más conocido de todos ellos a pesar de la brevedad de su carrera criminal. Tras cumplir una condena de 9 años por un pequeño hurto, Dillinger organizó una banda que, en poco más de un año, asaltó casi 30 bancos llevandose unos 300.000 dólares. La resonancia de sus actos, a lo largo y ancho del Medio Oeste americano, le valieron la consideración de "Enemigo Público número 1" por parte de las autoridades policiales.

La trayectoria de John Dillinger entre 1933 y 1934 es el objetivo central de la película Enemigos Públicos. El film, dirigido y co-escrito por Michael Mann, tiene argumentos potentes a su favor pero también muestra varias debilidades que acaban produciendo la sensación en el espectador de que el producto final no es todo lo bueno que podría haber sido.

En mi opinión, la película es perfecta en la reconstrucción de la época a través de escenarios, vestuario, y caracterizaciones. Reproduce el ambiente de los años 30 como pocas producciones anteriormente. También goza de un magnífico reparto de actores encabezado por un Johnny Depp magistral en el papel de Dillinger. En él recae el peso del film y lo asume con solvencia realizando un magnífico trabajo. En un rol menos trascendente encontramos a Christian Bale dando vida al agente federal Melvin Purvis, que se convirtió en el máximo perseguidor de un gran número de miembros de la "Era de los enemigos públicos".
También interesantes son las presencias de Marion Cotillard y Billy Crudup que asume el papel de John Edgar Hoover en su primera etapa al frente del Bureau of Investigation que más tarde se convertiría en el FBI.

Michael Mann es un director que planifica muy bien las escenas de acción y lo vuelve a demostrar en esta cinta en la que yo destaco dos escenas especialmente memorables: la fuga de Dillinger de la prisión de Crown Point y el asalto de la brigada de Purvis al motel Little Bohemia, donde se ocultaba el grueso de la banda de JD.

Hasta aquí los elementos positivos, que no son pocos, pero que ciertamente podrían haber cubierto todo el metraje si no fuera por la propia mano de Michael Mann. Es un realizador que ejecuta bien grandes secuencias pero siempre le pierde el tratamiento general que da a sus trabajos, particularmente el tema del ritmo de narración. Es cierto que esta cinta es más intensa que otras que él ha dirigido pero, aún así, hay importantes bajones de tensión a lo largo de la película. Esa falta de continuidad, tan clásica a a lo largo de su trayectoria, es la que ofrece una sensación final de cierta desazón ante lo que podría haber sido un film que no diera respiro al espectador.

En Mann siempre se constata esta dicotomía: muy bueno en la ejecución de "set pieces" pero excesivamente parsimonioso en la narración. Es como si dos cineastas contrapuestos se unieran en uno y eso es lo que no acaba de cuajar en su, por otra parte, notable trayectoria cinematográfica.

Otro de los aspectos que yo juzgo como negativos, son las deliberadas incorrecciones históricas. Ya sabemos que en las películas hay que modificar ciertos acontecimientos reales en beneficio del efecto dramático pero, en este caso, son excesivos los cambios y completamente innecesarios. Walter Dietrich, "Baby Face" Nelson, y "Pretty Boy" Floyd, murieron después de Dillinger y Alvin Karpis nunca llegó a conocerle. En esa época se encontraba colaborando con el clan Barker en secuestros y atracos, siendo neutralizado por Melvin Purvis en 1935. La detencion de Billie Frechette se produjo en el Little Bohemia y no en Chicago. Y tampoco sucedió nunca la entrada de Dillinger en la unidad policial que le perseguía, siendo ésta una escena bastante absurda que no aporta nada al argumento y le hace perder credibilidad.

Hay otros cambios que sí estan justificados desde el punto de vista dramático pero lo anteriormente expuesto no era necesario por cuanto la banda de Dillinger fue lo suficientemente numerosa para mostrar verdaderamente a los miembros con los que sí estuvo asociado y que perecieron antes que él.

Sin embargo, la reconstrucción de la emboscada y la muerte de Dillinger en el exterior del cine Biograph de Chicago el 22 de julio de 1934, permite al film conseguir otro de sus buenos momentos y eso mejora la impresión final. La escena, rodada en el mismo escenario real de la ciudad del viento, supone una reconstrucción ejemplar de lo que ocurrió en realidad y demuestra que, muchas veces, lo mejor es tratar los temas tal como sucedieron.

Por tanto, tenemos en Enemigos Públicos una película de claros y oscuros en la tensión dramática. Su irregularidad sigue siendo atribuible a la visión personal que Michael Mann imprime a sus trabajos.