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14 de maig del 2009

JJ Abrams, un genio creativo en plena ebullición


Jeffrey Jacob Abrams nació en Nueva York en 1966 pero pronto se trasladó a Los Angeles ya que sus padres empezaron a trabajar en el negocio de la producción televisiva. Abducido por el medio que conoció desde siempre en su ambiente familiar, pronto decidió dedicarse al mundo del cine y la televisión.

Sus inicios fueron en tareas de guionista. Tras demostrar un talento muy precoz, consiguió, ya a principios de los 90, colocar dos de sus guiones en grandes estudios. El primero fue A Propósito de Henry (1991), que dirigió Mike Nichols con Harrison Ford en el papel principal, y después vino Eternamente Joven (1993), protagonizada por Mel Gibson.

Pero Abrams seguía buscando buenas historias para sacar adelante proyectos televisivos. Sin embargo, eso no fue un obstáculo para que fuera contratado por Jerry Bruckheimer para depurar el caótico guión de Armageddon (1998). En ese mismo momento consiguió el visto bueno de Warner Brothers para iniciar la que sería su primera serie televisiva, Felicity (1998-2002), protagonizada por Keri Russell. Aquí empieza su lanzamiento definitivo en la industria pues crea la productora Bad Robot con la que empieza a trabajar en el desarrollo de proyectos al mismo tiempo que traba amistad con otros creativos de Hollywood trazando alianzas que serían fundamentales en años próximos.

La serie Alias (2001-2006) fue la consagración de Abrams en televisión. El enorme éxito de la producción protagonizada por Jennifer Garner, le permitió hacer más grande a Bad Robot y estar preparado para proyectos de más envergadura.

Para JJ Abrams existe un antes y un después del año 2004. Es entonces cuando la cadena ABC se interesó por producir una serie que tuviera a un grupo de náufragos como protagonistas y buscó a varios guionistas para que desarrollaran ideas. Tras varios intentos fallidos de dar con un argumento interesante, los ejecutivos de ABC recurrieron a JJ Abrams, que decidió aceptar el reto sólo si podía incluir elementos sobrenaturales en la trama. Cumplidas sus exigencias, Abrams empezó a trabajar con otro guionista televisivo de Los Angeles, Damon Lindelof. Y pasadas algunas semanas, ambos creativos ya tenían una "biblia" para la serie que cubría cinco o seis temporadas. Su título Lost (Perdidos) y el resto es historia.

Abrams es, por tanto, co-creador y uno de los productores ejecutivos de la serie de televisión más potente e impactante de los últimos veinte años. Él mismo dirigió el episodio piloto que fue el más caro de la historia de la cadena puesto que su presupuesto se situó en los 14 millones de dólares. La confianza de la ABC en el proyecto era tal que no repararon en gastos y sufragaron todas sus peticiones ya que quería ilustrar un accidente aéreo con todos los medios posibles.

Poco después de su lanzamiento, Abrams continuó ejerciendo de productor ejecutivo pero dejó las riendas creativas en manos de su amigo Lindelof y de Carlton Cuse que son los que han llevado a Lost al éxito total en los años subsiguientes. Con el éxito de la serie en su mochila, estaba cantado que tarde o temprano iba a debutar en la dirección cinematográfica. Y ese momento llegó de la mano de Tom Cruise, que decidió apostar por él para dirigir Mission Impossible III. El resultado, un nuevo taquillazo, y probablemente la mejor de las películas del superagente Ethan Hunt.

Éxitos, reconocimiento, una productora potente llena de proyectos, y la sensación de que todo lo que pasa por sus manos se convierte en éxito. Éstas estan siendo las claves en el crecimiento profesional de un hombre que toca todas las teclas: dirección, producción, guión, música, en un contexto de grandes presupuestos. No es de extrañar que algunos le hayan definido como el nuevo heredero de una tradición iniciada en los 70 por George Lucas y Steven Spielberg.


En los últimos dos años, Abrams ha continuado con su frenética actividad en múltiples frentes. Primero produciendo Cloverfield, una película que tuvo una inmensa taquilla debido a su audaz puesta en escena. Y en televisión, en septiembre de 2008, debutó en FOX su nuevo proyecto: Fringe. Una serie de televisión que ha conseguido establecerse como la mejor estrenada en la última temporada logrando atrapar cada vez más a la audiencia. Con un argumento de ciencia-ficción que mezcla elementos de Expediente X, Outer Limits, y The Twilight Zone, Abrams ha creado junto a Alex Kurtzman y Roberto Orci, un libreto siempre sorprendente que ya ha sido renovado para una segunda temporada. La presencia de Leonard Nimoy en el último episodio de la primera temporada interpretando a un personaje que hasta ahora estaba en la sombra, William Bell, no ha hecho más que mejorar un proyecto que ha despegado a velocidad de crucero.

La guinda a su trayectoria de este último año la pone Star Trek, sobre la que ya he hablado extensamente y que confirma nuevamente que es un realizador de futuro que va a tener mucho trabajo en los próximos años.

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La figura de Abrams es extraorinariamente importante para el cine actual ya que es un creativo total, no un director que ejecuta encargos. Su trabajo es global y es por ello que la comparación con Spielberg y Lucas está plenamente justificada. El género de ciencia-ficción y acción está en buenas en manos con él al frente.