27 de maig del 2020

Cameos curiosos (y diferentes) en el mundo del cine (I)


Sí, ya sé que se trata de un tema recurrente en multitud de medios digitales pero lo que yo os propongo es un viaje hacia apariciones no tan conocidas, de las que pocas veces se habla. En mi recopilación no veréis nada acerca de los cameos de Alfred Hitchcock ni tampoco hablaré de las múltiples presencias de Stan Lee en la gran pantalla. También querría aprovechar para oponerme a aquellos que consideran las intervenciones de Christopher Walken en Pulp Fiction, Tom Cruise en Tropic Thunder, Bill Murray en Zombieland o Alec Baldwin en Glengarry Glen Ross como cameos. En todos los casos, tienen papeles relevantes y trascendentes para los personajes principales. No son intervenciones transitorias o accesorias sino que contribuyen a definir la trama.

Empezamos en la década de los 70 con esa maravilla llamada La Vida de Brian (Life of Brian, 1979). La obra maestra de los Monty Python cuenta con la presencia no acreditada del beatle George Harrison. En esta ocasión, se trata de un cameo fugaz. Un papel de relleno reservado para un extra ilustre, en este caso Harrison. El músico era productor ejecutivo del film y pidió formar parte de esa magnífica locura que acabó convirtiéndose en una de las mejores comedias de la historia.



De una de las mejores comedias de todos los tiempos pasamos a una de las más grandes aventuras de la historia del cine: En Busca del Arca Perdida (Raiders of the Lost Ark, 1981). La espléndida alianza creativa entre Steven Spielberg y George Lucas supuso también la incorporación de colaboradores habituales de uno y otro al equipo de producción. Frank Marshall ya formaba parte del entorno del director y estaban a punto de fundar Amblin Entertainment junto a Kathleen Kennedy, a la sazón futura esposa de Marshall. Pues bien, Raiders supuso el bautismo de fuego para el bueno de Frank como productor de una cinta de gran formato. Tras haber debutado como productor ejecutivo en Luna de Papel (Paper Moon, 1974), Marshall se disponía a dar el paso definitivo. Su debut no pudo ser en mejor momento puesto que el éxito del film y el inicio de Amblin en 1981, aceleró una carrera que le ha visto convertirse en uno de los productores más importantes e influyentes de las tres últimas décadas. En Raiders, además, se prestó a realizar un cameo cuando se necesitaba a alguien que hiciera de piloto en la famosa secuencia en que el cazabombardero nazi, que debería transportar el Arca de la Alianza, es abordado por Indiana Jones (Harrison Ford). Le vemos en el cockpit de la aeronave tratando de disparar a Indy justo antes de ser golpeado por Marion Ravenwood (Karen Allen).



Hablé sobre el siguiente mini-cameo en un artículo reciente sobre las canciones en la filmografía de Sylvester Stallone. En 1983 se estrenó Staying Alive, secuela del primer gran éxito en la carrera de John Travolta: Fiebre del Sábado Noche (Saturday Night Fever, 1977). El nuevo film no logró la aceptación de crítica y público pero pronto se olvidó que tras la cámara de Staying Alive se había sentado el propio Stallone. El icono del cine de acción se había permitido un capricho dirigiendo una película de carácter musical y, además, se reservó un minúsculo cameo en una secuencia en la que choca con Tony Manero (Travolta) en plena Quinta Avenida de Nueva York.



Volvemos de nuevo al mundo de Indiana Jones para presentar el siguiente cameo. Se trata de una intervención en la que poca gente ha reparado debido al trabajo de cámara de Steven Spielberg. El director había trabajado con Dan Aykroyd en la alocada comedia 1941 (1979) y cuando necesitó a alguien para la secuencia en la que Indy, Short Round (Ke Huy Quan) y Willie Scott (Kate Capshaw) llegan al aeropuerto de Shanghai huyendo del acoso del mafioso Lao Che (Roy Chiao), llamó a Aykroyd para que diera vida a Weber, un responsable del aeródromo. La secuencia es rápida, nocturna y además el director nunca coloca al personaje en el centro de la mirada. No obstante, si la miramos con detenimiento, vemos claramente a Aykroyd recibiendo a Indy y acompañándole hasta el avión. Estamos hablando, como no podía ser de otra forma, de Indiana Jones y el Templo Maldito (Indiana Jones and the Temple of Doom, 1984). Por cierto, buen trabajo de Aykroyd emulando el acento británico del personaje al que interpreta.



A lo largo de esta selección estamos viendo cómo el cameo puede oscilar entre la presencia fugaz y algo un poco más duradero con inclusión de algún diálogo. Tal como explicábamos al inicio, el denominador común es que la aportación siempre debe ser accesoria y nunca trascendente para la trama principal. Es buen momento, pues, para repasar la carrera de un director que ha cultivado a fondo el cameo en sus films. Sin llegar a los niveles de presencia perpetua de Hitchcock, Martin Scorsese ha cultivado toda clase de cameos, con o sin diálogo y más o menos fugaces.

Os presento un vídeo recopilatorio en el que se le puede ver en Who's that Knocking on my Door? (1967), Boxcar Bertha (1972), Malas Calles (Mean Streets, 1973), Taxi Driver (1976), Toro Salvaje (Raging Bull, 1980), El Rey de la Comedia (The King of Comedy, 1982), Jo, Qué Noche! (After Hours, 1985), El Color del Dinero (The Color of Money, 1986), La Edad de la Inocencia (The Age of Innocence, 1993), Al Límite (Bringing Out the Dead, 1999), Gangs of New York (2002), Hugo (2011) y El Lobo de Wall Street (The Wolf of Wall Street, 2013).



Cambiamos de registro para sumergirnos en El Silencio de los Corderos (The Silence of the Lambs, 1991). Cuando el Doctor Hannibal Lecter (Anthony Hopkins) escapa de una celda especial situada en la corte de Memphis, provoca que se desate una operación para capturarle. Pues bien, uno de los SWAT que va a la búsqueda de Lecter es el cantante y actor esporádico Chris Isaak, conocido por temas como "Wicked Game", "San Francisco Days" o "Baby Did a Bad Bad Thing". Isaak mantenía amistad con el director Jonathan Demme desde que éste le diera un papel en Casada con Todos (Married to the Mob, 1988). Así fue como el realizador pensó en él para esta breve aparición liderando al grupo táctico que cree haber cazado a Lecter...



No nos movemos de 1991 aunque en un género completamente opuesto. Con Hook, Steven Spielberg trató de realizar la versión definitiva sobre el cuento de Peter Pan. Sin embargo, demasiados elementos no encajaron debidamente y la cinta resultante acabó siendo una de las experiencias de rodaje más frustrantes en la carrera del Rey Midas. En la cinta hay numerosos cameos pero el que me gustaría resaltar es el de Glenn Close, caracterizada como un pirata barbudo, que tiene la mala suerte de sufrir la cólera enfermiza del Capitán Garfio (Dustin Hoffman).