La mayor joya arquitectónica y artística de la costa dálmata es, sin lugar a dudas, Dubrovnik. La llamada "perla del Adriático" o la "Atenas dálmata" es una urbe histórica que se alza en la costa occidental de la actual Croacia. Los primeros textos que hablan sobre ella se remontan al siglo VII y posteriormente aparece citada, de forma pródiga, mientras se formaba una de las grandes potencias navales de la época, conocida como la República de Ragusa.
El empuje emprendedor y comercial de sus gentes, a lo largo de los siglos, convirtió a Ragusa en una rival directa de Venecia en cuanto al control del Mar Adriático. De hecho, en su etapa de esplendor durante el siglo XVII, Ragusa llegó a superar a Venecia como potencia comercial. Sus mercantes, llamados Argosy, comerciaban en todo el Mediterráneo y la ciudad se nutría de los beneficios mientras recogía bajo su manto a grandes artistas y arquitectos que poblaban sus calles de edificios señoriales para su pujante burguesía. Bajo la protección de unas poderosas murallas, en permanente construcción y ampliación hasta el siglo XVI, Ragusa fue un centro económico de referencia y eso también le granjeó evidentes dificultades a la hora de mantener su estatus.
A lo largo de su historia, los sufridos habitantes de Ragusa superaron la invasión otomana y maniobraron para llegar a un pacto con los sultanes que les garantizó estabilidad y protección durante siglos. También debieron hacer frente a un gran incendio, en 1296, que destruyó gran parte de la ciudad. Otras de sus vicisitudes fueron la "peste negra" en 1348, un terrible terremoto en 1667 y las sucesivas ocupaciones de las tropas napoleónicas y austriacas. Sin embargo, ninguno de estas grandes contrariedades consiguió hacer perder la identidad progresista, negociadora y emprendedora de la que, con el tiempo, pasó a llamarse Dubrovnik.
El surgimiento de la identidad nacional croata tuvo en Dubrovnik uno de sus epicentros. No obstante, el siglo XX fue enormemente convulso para la zona de los Balcanes. Tras dos guerras mundiales en las que la región estuvo en el punto de mira y el advenimiento de un régimen comunista durante casi cuatro décadas, Dubrovnik afrontó una última gran prueba cuando su militancia pro-croata la convirtió en objetivo de bombardeos por parte de las tropas serbo-montenegrinas. A pesar de ser una ciudad desmilitarizada, sufrió las consecuencias de la caída de obuses que ocasionaron la muerte de 114 civiles y daños estructurales en su centro histórico y en las murallas. Dubrovnik fue sometida a un asedio de siete meses a partir de finales de 1991. Con el alto al fuego general decretado en 1995, se iniciaron las labores de reconstrucción bajo los auspicios de la UNESCO que había declarado al casco antiguo de Dubrovnik como patrimonio mundial en 1979.
Desde el final de la guerra de los Balcanes, la ciudad ha recuperado su interés turístico y se ha configurado como un destino cultural y vacacional de primer orden. Su alto valor artístico y patrimonial convierten la visita "intramuros" en un viaje apasionante al pasado de una de las grandes potencias marítimas de la historia europea.
Como complemento y refuerzo de la actividad económica y turística de la ciudad, las autoridades han apostado por convertir a Dubrovnik en un polo de atracción para los rodajes de proyectos cinematográficos y televisivos. El encanto histórico de su casco antiguo, la gran red de alojamiento y los incentivos fiscales han conseguido que grandes equipos de rodaje hayan localizado exteriores en Dubrovnik.
El mayor éxito conseguido hasta el momento ha sido el de convencer a HBO y a los productores de su aclamada serie, Game of Thrones, para que convirtieran Dubrovnik en uno de sus enclaves de referencia. La serie basada en la saga fantástico-épica, escrita por George R. R. Martin, se ha convertido en un fenómeno mediático mundial y sus seguidores se han convertido en devotos militantes de una producción que seduce a audiencias de todo tipo.
Durante la primera temporada, los exteriores que mostraban la capital de los Siete Reinos, Desembarco del Rey (King's Landing), se ubicaron en la isla de Malta. Sin embargo, los showrunners, David Benioff y D.B. Weiss, no acabaron de quedar satisfechos con el resultado y emplazaron a sus location scouts para que encontraran un nuevo emplazamiento que tuviera más enjundia, murallas más potentes y posibilidad de diversificación de escenarios en su entorno. El lugar que reunía todas estas condiciones era Dubrovnik y así es como, a partir de la segunda temporada, todas las secuencias exteriores de King's Landing han sido rodadas en la ciudad croata. Además, la diversidad física y paisajística ha permitido que se hayan filmado secuencias que corresponden a otros lugares del universo creado por George R.R. Martin.
Durante cuatro temporadas, algunos de los grandes momentos de Game of Thrones se han rodado en el Stari Grad (casco antiguo) y sus murallas. También ha habido localizaciones de gran importancia en el barrio de Pile, en la cercana isla de Lokrum y en el jardín botánico de Trsteno.
A finales de agosto, tuvimos la oportunidad de visitar "in situ" la mayor parte de estos enclaves y hemos decidido elaborar una guía de localizaciones que trata de consignar cada lugar a su momento en la serie. ¿Nos acompañaréis en este mágico viaje? Empezamos próximamente...
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