"Algunas películas no despegan y hay miles de razones para que esto suceda... Fue una buena experiencia para mí realizar esta película porque toda ella era sobre las emociones humanas. No me arrepiento en absoluto."
Cuando un director obtiene un gran estatus en la industria puede llevar a la pantalla grandísimos proyectos y otros menos demandantes en cuanto a logística y aspiraciones. En ocasiones, estas elecciones sorprenden al público generando una tibia reacción. Este fue el caso de Steven Spielberg con Always.
Resulta cuando menos curioso que Spielberg tuviera que rechazar el puesto de dirección en Rain Man porque coincidía con su trabajo en La Última Cruzada y, al disponer de tiempo, volviera a declinar otras propuestas para centrarse en una película menor que, a priori, podía llevar la firma de cualquier otro realizador menos significativo. El deseo de hacerla arranca muchos años atrás y nos obliga a efectuar una incursión en el Hollywood clásico...
En 1943 se estrenó el melodrama bélico Dos en el Cielo (A Guy Named Joe). El guión había sido escrito por Dalton Trumbo sobre un argumento previo de Chandler Sprague y David Boehm. Victor Fleming (responsable de Gone with the Wind y The Wizard of Oz, entre muchas otras) dirigió el film para la Metro Goldwyn Mayer. Se trataba de una película que se insertaba en la corriente generalizada del cine bélico del momento, tratando de insuflar ánimo al público ante el conflicto que se estaba viviendo. Pero, respetando estos principios, se apartaba un poco de lo habitual pues introducía elementos de fantasía celestial. La trama giraba entorno a un experto piloto de bombardero que fallece en su última misión en el Atlántico sumiendo en la tristeza a su novia y amigos. Pero no todo había terminado ya que al morir despertaba en el cielo y le era encomendada la misión de inspirar a otro piloto y ayudar a sus seres queridos como una especie de "ángel de la guarda". Spencer Tracy daba vida a Pete Sandidge, el piloto fallecido. El papel de su novia, Dorinda Durston, recayó en Irene Dunne. Ward Bond interpretaba al mejor amigo de Sandidge, Al Yackey, y Van Johnson asumía el rol de Ted Baker, el inexperto piloto al que Sandidge deberá guiar desde el más allá. Inicialmente contrariado por la creciente relación entre Baker y Dorinda, Sandidge acaba completando su misión y se satisface al ver que su novia rehace su vida.
Steven Spielberg era un devoto de esta cinta desde que la vio por primera vez siendo un niño. Le atraía su ambientación y el mensaje positivista y conciliador que contenía. De alguna manera, podía conectar emocionalmente con las historias que su padre le había explicado sobre la Segunda Guerra Mundial. Esta fue una de las películas que más le inspiraron para convertirse en director. Le gustaba pensar en la posibilidad de dirigir una nueva versión del material en algún momento. Durante una conversación con Richard Dreyfuss en el rodaje de Tiburón (Jaws, 1975), surgió el tema de A Guy Named Joe y ambos coincidieron en la mutua admiración por el film de Fleming. Hablaron largo y tendido sobre lo que la película les había aportado en su juventud y se comprometieron informalmente para un posible remake si la oportunidad se presentaba. Esa charla parecía una típica conversación intrascendente entre amigos pero, en el caso de Spielberg, eso no se quedó ahí.
Unos años después, habló con Jerry Belson, con quien había colaborado en el guión de Encuentros en la Tercera Fase (Close Encounters of the Third Kind, 1977), y le encargó la escritura de un libreto que actualizara la historia manteniendo la esencia del original. Belson completó el primer borrador en 1980 pero Spielberg todavía no se consideraba preparado para dirigir una historia tan romántica y emocional. Así que lo fue demorando hasta encontrar el momento oportuno. Con cada proyecto que realizaba su pasión por el proyecto crecía e incluso llegó a encargar una revisión del guión a Diane Thomas, la libretista de Tras el Corazón Verde (Romancing the Stone, 1985).
Finalmente, tras completar el montaje de La Última Cruzada, decidió que su próximo proyecto sería Always, el nuevo título para el remake de A Guy Named Joe. Con Richard Dreyfuss y John Goodman a bordo para interpretar a Pete Sandich y Al Yackey, Spielberg decidió contratar a Holly Hunter después de verla en la multinominada Al Filo de la Noticia (Broadcast News, 1987).
El nuevo guión situaba la acción en la época presente y cambiaba el ejército por la brigada aérea de extinción de incendios forestales en las Montañas Rocosas. Pete Sandich es el mejor a los mandos de un A-26 que lanza líquido retardante para ahogar el fuego. Dorinda trabaja en la torre de control supervisando los vuelos y empieza a necesitar que la relación con Pete suba algunos peldaños. Sandich es bastante bravucón y no expresa demasiado sus sentimientos pensando que ya habrá tiempo para hacerlo. Sin embargo, está dispuesto a bajar el nivel de peligrosidad trasladándose a la academia de pilotos. No obstante, un nuevo incendio necesita de su indudable pericia y después de contribuir a la extinción y salvar a su colega Al Yackey, uno de los motores de su avión explota y el aparato vuela por los aires ante la desesperación de Al y la desolación de Dorinda que, de alguna forma, había presentido que algo malo iba a ocurrir. Pete despierta en un idílico bosque mientras un ser celestial, interpretado por Audrey Hepburn, le explica cual es su nueva función existencial. Sandich deberá convertirse en un emisario invisible para guiar a otros inspirando ideas que ellos percibirán como pensamientos propios.
Seis meses han transcurrido tras su accidente y un nuevo piloto (Brad Johnson) llega al cuartel general de la brigada para ocupar el puesto de Pete. Él será la persona a quien Sandich deberá ayudar pero, al igual que ocurría en el film original, el interés de Ted por Dorinda disgustará al "ángel de la guarda" que finalmente conseguirá reconciliarse con él mismo mientras se asegura que Dorinda podrá ser feliz en su vida futura.
Always rebosa honestidad y buenas intenciones. Además, está brillantemente rodada por parte de Spielberg aprovechando, con rotundidad, la luz que brindan los escenarios naturales y que fue capaz de captar la fotografía de Mikael Salomon. Sin embargo, el mensaje de que la esperanza del cielo es una promesa de amor incondicional no acabó de cuajar entre el público porque se hablaba de unos sentimientos un tanto desfasados en la sociedad de los ochenta. Los espectadores ya no estaban tan predispuestos hacia este tipo de argumentos. Tampoco ayudó la presencia de otras películas previas que habían trabajado el tema celestial desde ángulos más contemporáneos. Ejemplo de ello fueron El Cielo Puede Esperar (Heaven Can Wait, 1978) y El Cielo se Equivocó (Chances Are), estrenada pocos meses antes que Always.
La mezcla entre romance, aventura, y elementos de corte trascendente no generó un gran interés y la crítica le recriminó al director que el guión y el trabajo con los actores no había conseguido el objetivo de impactar emocionalmente. Con algunas notas más de comedia, la película habría tenido más equilibrio y habría escapado al corsé del sentimentalismo old-fashioned.
En cualquier caso, Spielberg no iba a hacer un film con un esquema convencional y con elementos efectistas para atraer al público masivo, como fue el caso de Ghost (1990). Ante todo, Always debía ser un remake que homenajeara las caracteristicas principales del film precedente. El director quería tener esa experiencia justo en el momento en que su matrimonio con Amy Irving estaba naufragando y se sentía huérfano de buenos sentimientos en el terreno más profundamente íntimo. No obstante, tratar el romanticismo, desde una perspectiva clásica, era algo que estaba fuera de tiempo. Nora Ephron, con sus propuestas desenfadas y divertidas, sí que tocó los resortes necesarios para movilizar al público de finales del siglo XX.
La película significó la última aparición en pantalla de una actriz mítica: Audrey Hepburn. Spielberg la convenció para participar a pesar de que ella había anunciado su retirada por la grave enfermedad que padecía. En el papel de Hap, Hepburn aporta una enorme dignidad y distinción. Ella representa la huella del Hollywood clásico en una película que procede del legado fílmico de la MGM de los 40.
La película se rodó durante el verano de 1989 en localizaciones de Montana (el municipio de Libby y el Kootenai National Forest). También se rodaron escenas en el aeródromo de Ephrata (Washington) mientras que los interiores se filmaron en el mismo plató que la película original: el stage 15 de los MGM studios.
Always se estrenó el 22 de diciembre de 1989 y recaudó, al término de su carrera comercial, 74 millones de dólares (su presupuesto había sido de 29). Sin ser un descalabro, continúa siendo uno de los films más desconocidos de Steven Spielberg. Como he citado anteriormente, estamos ante un film menor dentro de su filmografía pero recomendaría su visionado a todos aquellos que la ignoran. En Always vemos una de las versiones más intimistas del director y creo que apunta matices sensibles que conseguiría expresar mejor en proyectos posteriores.
La banda sonora compuesta por John Williams contribuye a dotar a la película de esa alma fantasiosa e imperecedera. Una BSO que se complementa con el clásico "Smoke Gets in Your Eyes", de The Platters.
Precedido por:
Indiana Jones y la Última Cruzada (Indiana Jones and the Last Crusade, 1989)
Continúa en:
Hook (1991)