Si hace unos días hablamos de Richard Matheson, hoy nos centramos en otro gran autor de literatura fantástica y ciencia-ficción: Philip Kindred Dick (1928-1982).
En sus ensayos, novelas e historias cortas, Philip K. Dick trabajó intensamente en la eterna lucha del individuo ante injusticias morales perpetradas por grandes corporaciones. Mientras los personajes construyen su propia identidad, deben superar las enormes dificultades que genera un sistema establecido desde las altas esferas del poder. Esta visión que algunos analistas han relacionado con una dura crítica al sistema político occidental, no debería ser tan prejuzgada a tenor del número de experiencias paranormales y trastornos mentales que Dick sufrió a lo largo de su vida. Todas esas vivencias parapsicológicas revirtieron positivamente en su creatividad pero debería separarse la ficción de un posible mensaje socialmente doctrinario que el autor nunca corroboró.
En su producción literaria (44 novelas y más de 120 historias cortas) encontramos títulos muy diversos y obras de una calidad extraordinaria. Muchas de ellas han llamado la atención del cine y han sido adaptadas con un gran éxito. No sabemos cual habría sido la reacción del autor ante esa acogida puesto que murió precipitadamente a causa de un derrame cerebral.
Las adaptaciones más conocidas son:
Do Androids Dream of Electric Sheeps? (1968). Con guión de David Peoples y Hampton Fancher. Dirigida por Ridley Scott con el título Blade Runner (1982).
Second Variety (1953). Guión de Dan O'Bannon y Miguel Tejada-Flores. Dirección de Christian Duguay. Estrenada con el título Screamers en 1995.
Impostor (1953). Adaptada por David Twohy, Ehren Kruger y Caroline Case. Dirigida por Gary Fleder y estrenada en 2001.
Minority Report (1956). Adaptada por Jon Cohen y Scott Frank. Dirigida por Steven Spielberg y estrenada en 2002.
Paycheck (1952). Guión de Dean Georgaris y dirección de John Woo. Estrenada en 2003.
A Scanner Darkly (1977). Escrita y dirigida por Richard Linklater en 2007.
The Golden Man (1953). Guión de Gary Goldman, Jonathan Hensleigh y Paul Bernbaum. Dirigida por Lee Tamahori con el título Next (2007).
Adjustment Team (1954). Escrita y dirigida por George Nolfi con el título The Adjustment Bureau (2011).
A buen seguro, encontraréis a faltar un título en esta lista. No lo he incluido porque quiero detenerme un poco más sobre el mismo. Se trata de We Can Remember It for You Wholesale, más conocido por el título de la adaptación cinematográfica: Desafío Total (Total Recall).
Los guionistas de Alien, Dan O'Bannon y Ronald Shusett, se habían reunido, en varias ocasiones, con Philip K. Dick y consiguieron los derechos de adaptación a finales de los 70. Escribieron un borrador de guión y trataron de conseguir la financiación necesaria para producir la película. Tras varios fracasos, apareció el todopoderoso Dino De Laurentiis y empezó la activación del proyecto. Durante varios años, se esforzó en sacar adelante la película pero nunca encontraba el director y el reparto adecuado hasta que obtuvo la implicación de David Cronenberg. El canadiense se sumergió en el proyecto por completo y trabajó durante un año con Shusett. Pasado ese tiempo, el guión resultante se acercaba mucho al material original de Dick pero esa nunca había sido la idea de los guionistas que querían una película con más acción y atractiva para el gran público. Finalmente, el colapso financiero de Laurentiis le obligó a vender los derechos de nuevo y allí fue donde Shusett logró lo que quería.
Arnold Schwarzenegger llevaba tiempo interesado en Total Recall y persuadió a Carolco para que se hiciera con los derechos puesto que estaba dispuesto a protagonizarla y a convertirla en un gran éxito. A finales de los 80 nadie podía negarle nada al austríaco y así fue como Mario Kassar y Andrew G. Vajna se comprometieron con la película al pagar tres millones de dólares a De Laurentiis. Schwarzenegger negoció un sueldo de 10 millones y se reservó algunas prerrogativas como la elección del director, reparto, guión y promoción. La película se iba a convertir en un gran espectáculo de ciencia-ficción pero Arnold necesitaba a un director capaz de orquestrar todo aquello y pensaba en alguien que le había impresionado con Robocop: el holandés Paul Verhoeven.
El 24 de agosto de 2012, tuve la oportunidad de asistir a una sesión de la American Cinematheque en el Egyptian Theatre de Hollywood. Se proyectaba Total Recall y después había un Q&A con Verhoeven y dos de los guionistas: Ronald Shusett y Gary Goldman (Dan O'Bannon murió en 2009).
La conversación que se estableció entre ellos fue de lo más interesante y también hubo espacio para oír las fuertes críticas de Verhoeven hacia el remake dirigido por Len Wiseman que se había estrenado hacía pocas semanas. Al parecer, uno de los productores de la nueva versión había declarado que la película iba a dejar muy atrás a su predecesora en todos los aspectos y que iba a ser un auténtica representación de la historia imaginada por Philip K. Dick. Verhoeven respondió que vista su acogida crítica y comercial, el film protagonizado por Colin Farrell demostraba que estaba muy lejos de las palabras propagandísticas del productor de turno.
Verhoeven también rememoró las experiencias del rodaje en los estudios Churubusco de Mexico DF. Hizo constar la dificultad que entrañaba la producción pero, al mismo tiempo, afirmó que fue uno de los rodajes más tranquilos de su carrera. Confirmó que Schwarzenegger fue quien le contrató para el puesto de director tras ver el resultado de Robocop (1987). Una vez en el puesto, Verhoeven fichó a Gary Goldman para que trabajara con Shusett en una versión definitiva del guión que eliminara cualquier trama superflua. Tenía claro que el ritmo nunca debía bajar; el público debía estar sometido a un constante vaivén y las escenas transicionales siempre eran el preámbulo de algún nuevo impacto. Nada debía interponerse en este plan maestro. Esta forma de desmenuzar el guión y quedarse con la esencia ha sido siempre una de las características que definen al realizador de Amsterdam. Él mismo explicó que repitió este mismo proceso con guionistas como Ed Neumeier, Joe Eszterhas y Andrew Marlowe.
Lo bueno de trabajar para Carolco es que ellos solo imponían al actor protagonista. Con el resto de la película, el director disponía de libertad total. Eligió el reparto que se le antojó. Apostó por una bellísima actriz sin suerte hasta ese momento (Sharon Stone); contrató a una actriz hispana (Rachel Ticotin) que estaba desaparecida en combate desde Distrito Apache (Fort Apache-The Bronx, 1981); incorporó al siempre expeditivo Michael Ironside (tras las negativas de Kurtwood Smith y Robert Davi) y recuperó a Ronny Cox tras la buena experiencia trabajando con él en Robocop. Además, pudo contar con sus técnicos de confianza y ese mismo esquema también se plasmó en su siguiente proyecto, Instinto Básico (Basic Instinct, 1992), donde Carolco estipuló que Michael Douglas debía encabezar el reparto. El resto fue responsabilidad única de Verhoeven.
La cinta dispuso de un presupuesto altísimo y obtuvo 261 millones en el box-office. Ocupó la quinta posición entre las películas más taquilleras de 1990 a nivel mundial. Tras la proyección en pantalla grande, se hace patente que sigue siendo un gran film de acción. Tiene un ritmo imparable e incluye buenos giros argumentales (aunque no todos los que escribió Philip K. Dick), además de incorporar una fantástica partitura musical a cargo de Jerry Goldsmith. Sharon Stone está espléndida en su limitado papel y tiene frases absolutamente hilarantes. Ronny Cox está perfecto en su rol. Representa a uno de aquellos villanos carismáticos que se echan en falta en ocasiones. Aunque me sigue sobrando una frase que pronuncia Cohaagen: "I'll blow this place up and be home in time for corn flakes".
En general, los diálogos tienen una contudencia brutal y esa "mala leche" que se expresa es precisamente lo que se contrapone al estilo aséptico y apto de los remakes recientes de Robocop y Total Recall. Vista con el tiempo, lo único que lamento es el exceso de rodaje en interiores. La apariencia de los decorados me recuerda al estilo "pladur" tan característico en las series de Star Trek. Los maquillajes prostéticos de Rob Bottin no han resistido demasiado bien el paso del tiempo pero aún siguen resultando aceptables. En cualquier caso, son representativos de la última fase de efectos especiales mecánicos en Hollywood. Tres años después, llegó a las pantallas Jurassic Park y lo cambió todo. Llevó mucho más lejos la creación digital de lo que James Cameron y Robert Zemeckis habían dispuesto hasta el momento. Empezó una nueva etapa en la evolución del séptimo arte, abriendo un gran horizonte de posibilidades técnicas que algunos directores han sabido utilizar mejor que otros. Por lo demás, creo que Verhoeven hizo un buen trabajo y Arnold Schwarzenegger funcionó de maravilla interpretanto el doble papel de Quaid / Hauser.
La conversación que se estableció entre ellos fue de lo más interesante y también hubo espacio para oír las fuertes críticas de Verhoeven hacia el remake dirigido por Len Wiseman que se había estrenado hacía pocas semanas. Al parecer, uno de los productores de la nueva versión había declarado que la película iba a dejar muy atrás a su predecesora en todos los aspectos y que iba a ser un auténtica representación de la historia imaginada por Philip K. Dick. Verhoeven respondió que vista su acogida crítica y comercial, el film protagonizado por Colin Farrell demostraba que estaba muy lejos de las palabras propagandísticas del productor de turno.
Verhoeven también rememoró las experiencias del rodaje en los estudios Churubusco de Mexico DF. Hizo constar la dificultad que entrañaba la producción pero, al mismo tiempo, afirmó que fue uno de los rodajes más tranquilos de su carrera. Confirmó que Schwarzenegger fue quien le contrató para el puesto de director tras ver el resultado de Robocop (1987). Una vez en el puesto, Verhoeven fichó a Gary Goldman para que trabajara con Shusett en una versión definitiva del guión que eliminara cualquier trama superflua. Tenía claro que el ritmo nunca debía bajar; el público debía estar sometido a un constante vaivén y las escenas transicionales siempre eran el preámbulo de algún nuevo impacto. Nada debía interponerse en este plan maestro. Esta forma de desmenuzar el guión y quedarse con la esencia ha sido siempre una de las características que definen al realizador de Amsterdam. Él mismo explicó que repitió este mismo proceso con guionistas como Ed Neumeier, Joe Eszterhas y Andrew Marlowe.
Foto de Nestor Bentancor. www.desdehollywood.com |
Ronald Shusett, Gary Goldman y Paul Verhoeven junto al moderador de la American Cinematheque |
La cinta dispuso de un presupuesto altísimo y obtuvo 261 millones en el box-office. Ocupó la quinta posición entre las películas más taquilleras de 1990 a nivel mundial. Tras la proyección en pantalla grande, se hace patente que sigue siendo un gran film de acción. Tiene un ritmo imparable e incluye buenos giros argumentales (aunque no todos los que escribió Philip K. Dick), además de incorporar una fantástica partitura musical a cargo de Jerry Goldsmith. Sharon Stone está espléndida en su limitado papel y tiene frases absolutamente hilarantes. Ronny Cox está perfecto en su rol. Representa a uno de aquellos villanos carismáticos que se echan en falta en ocasiones. Aunque me sigue sobrando una frase que pronuncia Cohaagen: "I'll blow this place up and be home in time for corn flakes".
En general, los diálogos tienen una contudencia brutal y esa "mala leche" que se expresa es precisamente lo que se contrapone al estilo aséptico y apto de los remakes recientes de Robocop y Total Recall. Vista con el tiempo, lo único que lamento es el exceso de rodaje en interiores. La apariencia de los decorados me recuerda al estilo "pladur" tan característico en las series de Star Trek. Los maquillajes prostéticos de Rob Bottin no han resistido demasiado bien el paso del tiempo pero aún siguen resultando aceptables. En cualquier caso, son representativos de la última fase de efectos especiales mecánicos en Hollywood. Tres años después, llegó a las pantallas Jurassic Park y lo cambió todo. Llevó mucho más lejos la creación digital de lo que James Cameron y Robert Zemeckis habían dispuesto hasta el momento. Empezó una nueva etapa en la evolución del séptimo arte, abriendo un gran horizonte de posibilidades técnicas que algunos directores han sabido utilizar mejor que otros. Por lo demás, creo que Verhoeven hizo un buen trabajo y Arnold Schwarzenegger funcionó de maravilla interpretanto el doble papel de Quaid / Hauser.
La última pregunta que se le formuló a Verhoeven en la sesión fue qué títulos recomendaría a los jóvenes estudiantes de cine. Su respuesta fue simple y rotunda: "watch Hitchcock movies".