27 d’abril del 2020

Look Closer...


En ocasiones, las inseguridades personales adquieren una dimensión mayor en nuestras vidas. Y en el terreno emocional y sentimental, estas sensaciones pueden provocar situaciones difíciles y amargas. Cuando pensamos que no merecemos ser amados, entramos en un terreno sumamente movedizo del que no resulta fácil escapar. Esto ocurre y solo podemos salir de ello con voluntad, determinación, y recuperando la autoestima para quizá volver a equivocarnos. Pero deberemos perseverar hasta conseguir aquello que anhelamos.

Esta reflexión sustenta la base argumental de Closer, film dirigido en 2005 por Mike Nichols con un reparto circunscrito a cuatro personajes que son interpretados por intérpretes de enorme valía. La inseguridad inunda las vidas de todos ellos y resulta particularmente interesante como en la interrelación que surge, y que está magníficamente hilvanada por el dramaturgo y guionista Patrick Marber,  caben toda clase de elementos que transforman felicidad en amargura, entendimiento en discusión, confianza en infidelidad.

En las vidas de Larry (Clive Owen), Anna (Julia Roberts), Alice (Natalie Portman), y Dan (Jude Law) florecen una serie de situaciones e incidencias que hacen reflexionar al espectador sobre la complejidad de la mente humana cuando se trata de expresar sentimientos de todo tipo. Marber lleva al extremo las vivencias de los personajes cuando explora como el deseo por captar la atención de alguien puede vulnerar la honradez personal, ampliando las fronteras del propio egoismo en el camino.

Asistimos a la versión dramatizada y concentrada de algo que, a veces, ocurre en nuestras vidas. Porque en esto consiste también la experiencia de vivir. Amar, admirar, defraudar, engañar, reprochar... esto es la vida.

Y todo ello es Closer...