Arnold Schwarzenegger inició su trabajo en la película con la secuencia en que, tras ser liberado de la esclavitud, corre por la estepa mientras es perseguido por unos lobos hambrientos. Pero la escena no salió bien inicialmente. Los perros no estaban bien entrenados y uno de ellos saltó sobre Arnold, cuando éste trataba de ascender al túmulo. Schwarzie sangraba y se quejó de la situación ante el director. Milius, muy irónico, le respondió con una frase de maestro Jedi: "El dolor es pasajero pero la película es eterna".
Pese a tratarse de una película épica, con grandes set pieces de acción, no puede decirse que el rodaje tuviera excesivos incidentes. Terry Leonard, el stunt coordinator, coreografió muy bien los combates y sólo se produjo un imprevisto. En el combate de espadas en que Valeria, tras rescatar a la princesa, se libra de varios guardias de Thulsa Doom; Sandahl Bergman equivocó la posición de una mano y sufrió un corte en el dedo índice.
Culminado el rodaje, llegó el momento de centrarse en el montaje y en la inclusión de la banda sonora. Dino De Laurentiis tenía a Ennio Morricone casi firmado pero Milius hizo valer su propuesta de contratar a Basil Poledouris. Había trabajado con él en The Big Wednesday (1978) y consideraba que podía crear una partitura idonea para el film. De hecho, Poledouris ya tenía compuestos cuatro temas de la BSO antes de que diera inicio el rodaje.
El resultado fue excelente y no cabe duda que la BSO de Conan el Bárbaro es una de las obras más completas, brillantes, y equilibradas, jamás realizadas.
Cuando empezaron los pases de prueba se observó algo que suele ser habitual en la industria del cine: la disociación entre los gustos del público y la crítica. En los test screening el éxito del film fue espectacular y su carrera comercial siguió por el buen camino. La gente enloquecía cuando Conan emergía como el único superviviente de la Rueda del Dolor, alzaba la cabeza, y era Arnold. Sin duda, esta película disparó la carrera cinematográfica de Schwarzenegger y le permitiría conseguir el papel que le consolidó definitivamente dos años después: Terminator.
Pero la crítica fue inmisericorde. En la revista Time, uno de sus críticos llegó a escribir: "Star Wars hecha por un psicópata". Sin duda, no entendieron que se trataba de una película de espada y hechicería, una aventura épica que debía disfrutarse sin prejuicios.
En cualquier caso, el tiempo ha ido mejorando la apreciación general por la cinta. La calidad del film es indiscutible y la visualización de la acción es espléndida. Hay grandes personajes, frases sentenciadoras, y una trama que fluye con el ritmo preciso. El listón quedó muy alto y es por ello que existen tantas dudas acerca de la nueva versión protagonizada por Jason Momoa y dirigida por Marcus Nispel.
Finalmente, quiero emplazaros a visitar el magnífico blog de mi amigo Octopus. En él encontrareis multitud de artículos sobre la película que cubren muy diversos aspectos de la producción: localizaciones, vestuario, fotos del rodaje, etc...
Compartimos la admiración por una película que nos cautivó en su momento y que sigue manteniendo ese interés hipnótico transcurridos casi treinta años. Nosotros hemos crecido pero la cinta no ha perdido ni un ápice de su interés. Y es que ya lo decía Milius: "... la película es eterna".
Precedido por:
- Conan el Bárbaro: orígenes y desarrollo (I)
- Conan el Bárbaro: orígenes y desarrollo (II)
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