Según mi criterio, la gran película sobre Superman está aún por llegar. Esta opinión no resultará una sorpresa para los lectores habituales de este blog. Yo lo creo y lo defiendo fervientemente. Así como Batman ha conseguido por fin tener películas que respetan el personaje y le dan dimensión de calidad, gracias al buen hacer de Chris Nolan, el Hombre de Acero sigue sin haber sido adecuadamente representado en el celuloide.
Sin embargo, la película protagonizada en 1978 por Christopher Reeve y dirigida por Richard Donner es la que más se acercó a la calidad exigible gracias a una primera parte del film muy lograda. Después, con la introducción de elementos de comedia y payasadas varias, mala representación del personaje de Clark Kent, etc... la película se perdía y sus secuelas fueron acrecentando sus debilidades. Pero lo que sí tiene este film que resulta excelente y arrebatador es su música. La partitura que John Williams escribió para la banda sonora del film encaja tan bien con el personaje y su mundo que es difícil no recordarla cuando se piensa en Superman o se lee alguno de sus comics. Es una música potente, con un leit motiv claro y heroico, y con momentos de mayor intimismo que le confieren una trascendencia extraordinaria. John Williams estuvo inmenso cuando la compuso y se ha convertido en uno de sus trabajos emblemáticos dentro de una carrera absolutamente asombrosa.
El tema principal de Superman es de sobras conocido y se ha convertido en un himno pero la banda sonora del film contiene piezas más desconocidas aunque igualmente fascinantes. The Planet Krypton es una de ellas al igual que Leaving Home y The Fortress of Solitude aunque quiero destacar especialmente el Love Theme from Superman, cuyos acordes acompañan la inolvidable escena en la que el último hijo de Krypton conduce a Lois Lane por los cielos. Un momento muy recordado y emotivo que cuenta con un acompañamiento musical que lo envuelve todo suponiendo una auténtica obra maestra de la música de cine. Una melodía evocadora, romántica, y tremendamente emotiva que sigue resultando fascinante al escucharla. Una pieza fantástica en un trabajo espectacular del maestro Williams.
Sin embargo, la película protagonizada en 1978 por Christopher Reeve y dirigida por Richard Donner es la que más se acercó a la calidad exigible gracias a una primera parte del film muy lograda. Después, con la introducción de elementos de comedia y payasadas varias, mala representación del personaje de Clark Kent, etc... la película se perdía y sus secuelas fueron acrecentando sus debilidades. Pero lo que sí tiene este film que resulta excelente y arrebatador es su música. La partitura que John Williams escribió para la banda sonora del film encaja tan bien con el personaje y su mundo que es difícil no recordarla cuando se piensa en Superman o se lee alguno de sus comics. Es una música potente, con un leit motiv claro y heroico, y con momentos de mayor intimismo que le confieren una trascendencia extraordinaria. John Williams estuvo inmenso cuando la compuso y se ha convertido en uno de sus trabajos emblemáticos dentro de una carrera absolutamente asombrosa.
El tema principal de Superman es de sobras conocido y se ha convertido en un himno pero la banda sonora del film contiene piezas más desconocidas aunque igualmente fascinantes. The Planet Krypton es una de ellas al igual que Leaving Home y The Fortress of Solitude aunque quiero destacar especialmente el Love Theme from Superman, cuyos acordes acompañan la inolvidable escena en la que el último hijo de Krypton conduce a Lois Lane por los cielos. Un momento muy recordado y emotivo que cuenta con un acompañamiento musical que lo envuelve todo suponiendo una auténtica obra maestra de la música de cine. Una melodía evocadora, romántica, y tremendamente emotiva que sigue resultando fascinante al escucharla. Una pieza fantástica en un trabajo espectacular del maestro Williams.
Para redondear la escena, Lois Lane (Margot Kidder) pronuncia unas frases que tiene en mente mientras vuela con Superman. Estas palabras contribuyen a darle un carácter aún más mítico a la secuencia:
"¿ Puedes leer mi mente ?, ¿ Sabes lo que provocas en mí ? [...] Aquí estoy, como una chiquilla recien salida del colegio. Juntando mis manos con un Dios. Puedes ver a través de mí. ¿ Puedes imaginar las cosas en las que pienso ? Preguntándome quien eres... lo maravilloso que eres. Puedes volar... perteneces al cielo. Tú y yo podríamos ser el uno para el otro. Si necesitas una amiga... cuenta conmigo. Si quieres ser amado... aquí estaré."