Existen personajes históricos que resultan especialmente atractivos para el cine. Hay multitud de ellos pero hoy nos centraremos en la figura del monarca Enrique VIII, rey de Inglaterra, Irlanda y una parte de Francia entre 1509 y 1547.
Enrique Tudor nació en 1491 en Greenwich, hijo del rey Enrique VII e Isabel de York. No estaba destinado a heredar la corona puesto que ese privilegio correspondía a su hermano mayor, Arturo. Pero la inesperada muerte de éste le convirtió en el príncipe de Gales y fue coronado en 1509 tras la muerte de su padre.
Varias son las razones por las cuales es el rey de Inglaterra que más adaptaciones cinematográficas y televisivas ha tenido. En primer lugar, ocupó el trono en un momento clave de la historia europea, en pleno siglo XVI. Fueron muchos sus enemigos y libró incansables batallas. Es el responsable de la separación de Inglaterra de la fe Católica de Roma llevando el protestantismo a las más altas esferas del poder desde que fuera promulgado por Martín Lutero. Y otro factor importante a la hora de resultar interesante desde el punto de vista cinematográfico fueron sus seis matrimonios y su marcada promiscuidad que fue un rasgo característico a lo largo de toda su vida.
Su obsesión por tener un heredero varón fue uno de los motores de sus constantes cambios de esposa, y la necesidad de conseguir la nulidad de su primer matrimonio es lo que acabó precipitando su ruptura con la Iglesia Católica al negarle el Papa ese derecho. Fue desmesurado, fue cruel (mandó ejecutar a dos de sus esposas), fue despiadado y ególatra pero eran otros tiempos, una época en que ser Rey investía a su poseedor de la sensación de ser omnipotente. Su capacidad de mando era total y guió los destinos de Inglaterra de forma implacable.
Le sucedió en el trono su hijo Eduardo que, débil y enfermizo, murió a los 16 años por lo que, al final, fueron sus dos hijas María e Isabel las que acabaron llevando las riendas de la corona inglesa en épocas sucesivas. Isabel reinó durante 45 años y, en su mandato, el país floreció en todos los aspectos en lo que se conoce como la Edad de Oro inglesa.
Hay más de 40 presencias de Enrique VIII a lo largo de la historia del cine y la televisión pero yo destaco las siguientes:
Charles Laughton en La Vida Privada de Enrique VIII (1933), y Young Bess (1953). Sus interpretaciones hicieron historia. Fue uno de los primeros en atreverse a asumir tan importante papel y abrió el camino para otros. Un gran actor para un gran personaje.
Robert Shaw en Un Hombre para la Eternidad (1966). A Shaw le tocó asumir el papel del Rey en la época en que decide romper con Roma y fundar su propia iglesia para así poder satisfacer su intención de volver a casarse con Ana Bolena. Son memorables sus escenas de diálogo con Tomás Moro (interpretado por Paul Scofield) en la que la discusión se establece entre dos opiniones enfrentadas: la inquebrantable fidelidad a la fe católica de Tomás Moro, y el deseo de un monarca de conseguir sus propósitos enfrentándose a quien haga falta.
Richard Burton en Ana de los Mil Dias (1969). El título se refiere a los aproximadamente 1000 dias en que Ana Bolena fue Reina de Inglaterra. El enamoramiento del Rey fue el detonante de su divorcio con Catalina de Aragón y el subsiguiente cisma religioso. La no llegada de herederos varones y unas supuestas acusaciones de adulterio fueron clave en el destino final de la joven Reina, que ya había sido sustituida en los aposentos del Rey por Juana Seymour.
Keith Mitchell en la serie de la BBC "Las Seis Esposas de Enrique VIII". Mitchell consiguió los elogios unánimes de publico y crítica por su magnífica interpretación en esta gran serie de la BBC. Representó al personaje en todas sus etapas, desde la juventud hasta la muerte y su excelente trabajo no ha podido ser superado.
Jonathan Rhys Meyers en Los Tudor (2007). Una nueva serie que está impactando immediatamente a todo el que la ve por la calidad de sus actores y por los magníficos guiones con los que cuenta. La ambientación y el vestuario son extraordinarios. Rhys Meyers interpreta a Enrique VIII de forma completamente nueva y aporta muchísima frescura respetando las características básicas del personaje.
Eric Bana en Las Hermanas Bolena (2008). El actor australiano es el último en haberse enfrentado al reto de interpretar este importante papel. En la película, el Rey se encuentra inmerso en constantes devaneos con las dos hermanas Bolena, interpretadas, nada más y nada menos, que por Natalie Portman (Ana) y Scarlett Johansson (María).